James Bullard, presidente del Banco de la Reserva Federal de San Luis, dice que todas las señales apuntan a que las presiones inflacionarias aumentarán este año, aunque está de acuerdo con sus colegas del Comité Federal de Mercado Abierto en que cualquier subida de la inflación no sólo será tolerada sino bienvenida.
En un análisis publicado en la web del banco, Bullard ha dicho que los tres indicadores clásicos de inflación —aumento de la oferta monetaria, aumento de los déficits federales y compensación de la curva de Phillips entre empleo e inflación—apuntan a un aumento de la inflación.
"Tal vez la razón más importante por la que la inflación podría subir más de lo que ha subido desde 2012 tiene que ver con la política de la Reserva Federal", continúa Bullard. El marco de política monetaria adoptado en agosto sustituye las medidas preventivas para frenar la inflación por un enfoque de esperar a ver qué pasa que permita que la inflación siga adelante por un tiempo.
Según Bullard: "... Ahora es más probable que la Fed permita que la inflación se desarrolle hasta cierto punto permitiendo que eso alimente las expectativas de inflación. Como resultado, Estados Unidos podría experimentar una inflación algo más elevada".
Esto encaja con la línea partidista de que la inflación aumentará pero que no hay que preocuparse porque la Fed está al tanto de la situación y recibe de buen grado la perspectiva de una inflación superior al 2%.
La pregunta para los inversores es si los responsables de política monetaria de la Fed son demasiado optimistas sobre su capacidad de intervenir a tiempo para mantener la inflación bajo control.
El aumento del empleo no agrícola de marzo, con una creación de 916.000 puestos de trabajo tras las previsiones que hablaban de 675.000, ha hecho que el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años de referencia vuelva a subir por encima del 1,72% durante la jornada del viernes, acortada por las vacaciones de Semana Santa.
Eso sigue estando por debajo del 1,77% registrado a principios de semana, ya que los inversores, nerviosos, vendieron los bonos del Tesoro por temor a la inflación, aunque las operaciones de esta semana deberían dejar claro lo que los inversores opinan de la inflación y los tipos de interés.
Randal Quarles, que es el vicepresidente de supervisión de la Fed, enfatizó en una entrevista televisada que el FOMC se ha comprometido a impulsar la inflación por encima del 2%.
"Bajo el nuevo marco, sería mejor esperar a comprobar si realmente vemos movimiento", dijo. "No deberíamos precipitarnos. Esperemos a ver esos resultados".
Las autoridades de la Fed están trabajando duro para calmar los temores de los inversores sobre esta nueva política monetaria. Christopher Waller, que obtuvo la confirmación del Senado para unirse a la junta de gobernadores a finales del año pasado, utilizó su primer discurso en el cargo la semana pasada para asegurar a los inversores que la Fed no mantenía los tipos de interés en niveles bajos para abaratar al Gobierno la financiación de su hinchadísimo déficit.
En un discurso transmitido por Internet para el Peterson Institute of International Economics, el recién nombrado gobernador dijo:
"Debido a los grandes déficits fiscales y el aumento de la deuda federal, ha surgido la narrativa de que la Reserva Federal sucumbirá a las presiones (1) para mantener los tipos de interés en niveles bajos para ayudar a servir a la deuda y (2) para mantener las compras de activos para ayudar a financiar al gobierno federal. Mi objetivo hoy es poner fin definitivamente a esa narrativa. Simplemente no es correcto. La política monetaria no se ha llevado a cabo ni se llevará a cabo para estos fines".
Mientras tanto, aumenta la especulación sobre cómo pondrá su sello en la Fed el presidente Joseph Biden con una serie de inminentes nombramientos.
La vacante de un séptimo miembro de la junta podría ocuparla Lisa Cook, una economista de la Universidad Estatal de Michigan, que inclinaría la junta aún más hacia una postura prudente a favor de priorizar el empleo sobre los tipos de interés.
El mandato de Quarles como vicepresidente de supervisión termina en octubre y el anuncio de los nuevos nombramientos o reemplazos suele producirse varios meses antes. Asimismo, el mandato de Richard Clarida como vicepresidente de la junta expira en enero.
La pregunta principal es si Biden volverá a nombrar a Jerome Powell para un segundo mandato de cuatro años como presidente cuando expire su actual mandato en febrero.
Powell parece dispuesto a continuar, pero el énfasis de la administración en la diversidad y la inclusión podría dictar reemplazarlo con la gobernadora de la Fed, Lael Brainard, o el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, el primer presidente afroamericano de un banco regional de la Fed.