La Reserva Federal parece decidida a continuar con la compra de bonos para estimular el crecimiento de la economía de Estados Unidos en los próximos meses, pese a las crecientes preocupaciones sobre los riesgos de esa política dentro del propio banco central.
Las minutas de la reunión de diciembre de la Fed mostraron una creciente reticencia a mayores incrementos en la hoja de balance de la entidad, de 2,9 billones de dólares, que se expandió con fuerza como respuesta a la crisis financiera y la recesión de 2007-2009.
“Varios (miembros) pensaron que probablemente sería apropiado desacelerar o frenar la compra de activos mucho antes de fines de 2013, citando preocupaciones sobre la estabilidad financiera o el tamaño de la hoja de balance”, destacaron las minutas.