“En 2008-09, cuando la Fed inició la flexibilización cuantitativa, pensé que la inflación despegaría. Me equivoqué. En cambio, la velocidad, la tasa a la que el dinero gira por año, disminuyó, eliminando su aguijón inflacionario. La velocidad sigue cayendo”, tuiteo ayer Cathie Wood, CEO de Ark Investment Management, en respuesta al director ejecutivo de Twitter (NYSE:TWTR), Jack Dorsey: “La hiperinflación lo cambiará todo. Está sucediendo”.
Con relación a la velocidad del dinero de la cual Cathie habla, la formula básica para calcularla es la siguiente: M * V = P * T. Donde M es la masa monetaria, u oferta monetaria (dinero disponible en la economía), V es la velocidad del dinero (es una medida para saber cuántas veces cambia un dinero de mano en mano), P es el nivel de precios (dicho de forma coloquial: es la suma de todos los precios de bienes y servicios de una economía), y T es el número de transacciones que se realizan en una economía (si compras algún producto, equivale a una transacción, si compras otro, entonces existen dos transacciones en la economía, y así sucesivamente). T también se puede sustituir por el Y (PIB real: valor monetario de todos los bienes y servicios producidos en una economía. En un periodo de un año usualmente).
Explicado lo anterior, sucede que, en USA se ha impreso mucho dinero desde que inició la crisis del COVID-19. Mientras que la velocidad del dinero ha disminuido y la inflación ha ido aumentando. ¿Por qué? Si pasamos la variable M a dividir hacia el lado derecho (V = (P * T) / M), variable que ha tenido un aumento nominal (debido a la inyección de dinero en la economía), podremos observar que la velocidad del dinero disminuye, siempre que se mantengan constantes P y T.
La razón por la cual, a pesar de que, el dinero existente en la economía haya aumentado en más de un 24% en los últimos 16 meses sin causar una inflación de dos dígitos en EE.UU., de debe posiblemente a que, una buena parte de M, no está en manos de los ciudadanos de a pie, sino en instituciones financieras o personas ricas que no suelen gastar un gran por ciento de sus ingresos en bienes de la canasta básica; sino en activos financieros. Por eso estamos viendo las bolsas en máximos históricos. Y un gran número de acciones a precios ridículamente elevados.
Siguiendo en la línea anterior, el PIB ha aumentado en una proporción menor al de M, por tanto, el numerador (M) de la ecuación aumenta en una proporción mayor al denominador (P * T (o PIB real)) y la velocidad del dinero disminuye. P aumenta debido a que los consumidores de a pie están gastando sus cheques de estímulo y demás, lo que ha elevado la demanda a niveles superiores a tiempos pre pandémicos. Mientras que, la oferta agregada (cantidad de bienes y servicios en venta), aún sigue mermada debido a los efectos de la crisis sanitaria. Fabricas producción por debajo de su capacidad pre pandémica, muchas otras cerradas, etc.
En resumen, la velocidad del dinero disminuye en teoría. Debido a lo explicado anteriormente. Pero, en la práctica, refiriéndome a la velocidad del dinero de las personas de a pie, ha aumentado. Debido a lo explicado anteriormente de que las personas están gastando sus cheques de estímulos, aumentos de salarios y demás. Y esta es una de las razones por la que vemos subidas de precios generales en bienes y servicios básicos, aunque la velocidad del dinero supuestamente esté “disminuyendo”.
“La inteligencia artificial, los vehículos eléctricos, la robótica, la secuenciación genómica y la tecnología blockchain se encuentran entre los fenómenos que ayudarán a moderar las presiones de precios”, añadió Cathie en otros tuits. Pienso que, si bien es cierto lo que afirma Wood, no será algo que podremos ver a corto plazo. Ya que, aunque la inteligencia artificial y las demás innovaciones tecnológicas avanzan a pasos agigantados, unas industrias avanzan más rápido que otras. Quiero decir, tal vez en la industria de los coches eléctricos los precios disminuyan en el corto plazo debido al avance de la innovación, mientras que, en otras industrias, como la que se encarga de la genética, no veamos una deflación hasta bien pasado un buen tiempo.
El CEO de Tesla (NASDAQ:TSLA), Elon Musk, se unió al debate respondiendo a Wood: “No sé a largo plazo, pero a corto plazo estamos viendo una fuerte presión inflacionaria”. Si Elon Musk lo dice, es porque sus empresas están sintiendo una buena presión inflacionaria. Y sus empresas no son las únicas. Ya que, en los reportes financieros de estas últimas semanas, un gran número de empresas han expresado los golpes que han sentido debido a la inflación.