Dejando la historia económica a parte, si nos centramos en el primer gráfico, vemos que el dólar ha perdido mucho valor frente a este metal precioso (y más respecto al oro). A principios de los 2000, uno podía comprar 1 onza de plata (lo que equivale aproximadamente a 31 gramos), por cuatro dólares. Sin embargo, algo no debía transcurrir bien en la divisa estadounidense para que se comenzase a devaluar frente a la plata. Hacia 2005, su precio varió en 10 dólares, hasta posicionarse en los 14$, para luego en 2007, llegar hasta los 23$.
Como vemos en el gráfico citado, en 2007 se llegó a los 23 dólares la onza, pero con el estallido la crisis financiera, la mayoría de los inversores tomaron el dólar como refugio, generando una fuerte revaluación de la divisa y una caída en los precios de la plata. Pero debido a que la Reserva Federal rebajó los tipos de interés y empezó la compra de activos tóxicos y bonos del Tesoro para inundar el mercado de dólares, supuso, por tanto, una fuerte devaluación de la divisa y se expresó una auténtica manifestación de compras en el oro y en la plata.
El vertiginoso ascenso de los precios de la plata ha sido histórico. Quizás no se ha visto esto de los años 70 del siglo XX cuando la economía sufrió dos shocks del petróleo, una inflación galopante, para más tarde derivar en unos tipos de interés de doble dígito. Lo que algunos conocen como la depresión del los 70-80.
Todo un Dorado para las minerías de plata que decidieron aumentar la producción, incrementando sus costes marginales, contratando más factor trabajo y capital para no perderse el beneficio que el mercado les ofrecía. No se lo debían de creer el hecho de que pudieran vender 1 onza de plata a 49$.
Sin embargo, a partir de 2011, las ventas de derivados fueron completamente poco sutiles, haciendo caer el precio de la plata en picado, desde el máximo de 49$ hasta los 33.35 dólares, donde en un movimiento de consolidación, acabó por romper el soporte hasta encontrar apoyos en los 26 dólares la onza.
En el siguiente gráfico, vemos cómo el movimiento lateral dura prácticamente un año, enfrentándose a los 34 dólares sin poder superarlo, para luego volver a los 26 dólares donde vuelve a rebotar, y así cual partida de tenis. Hasta que a principios de este año, la cotización se decantó por romper el soporte de los 26$, continuando la tendencia bajista de hace dos años.
Ahora se encuentra en los 21 dólares, pero en teoría debería bajar hasta los 18 dólares aproximadamente. Si echamos un vistazo a los indicadores técnicos, vemos que el estocástico y el RSI están lateral en fuerte sobreventa, lo que indica una gran fuerza vendedora que impide el ascenso de los precios de la plata. Aunque si miramos el estocástico, este lleva semanas dibujando una divergencia alcista. Puede que esta supusiera un pequeño rebote técnico. Aun así, el momentum está totalmente lateral y neutral. El ADX es fuertemente alcista y sobre el nivel 20.
En conclusión, vemos que el mercado de la plata se encuentra en una auténtica tendencia bajista, sin visos aún de un rebote. La neutralidad y la fuerte sobreventa son las que dominan el escenario. Por lo que dado el movimiento lateral, sería mejor esperar por donde rompe. Precios por encima de los 23 dólares, llevarían a buscar la resistencia clave de los 26 dólares. Y si rompe el soporte de los 20, le llevaría a buscar los 18 dólares la onza.
Veremos que dice Bernanke sobre la política monetaria, porque esto puede repercutir en la cotización de la plata, al igual que en el oro. Por otra parte, hay que destacar también, que la caída de los precios de los metales preciosos, la oferta de plata y oro han caído pero, según un informe del World Gold Council, la demanda del oro está en máximos histórico, y ya sabemos qué pasa con el precio de la plata cuando el del oro sube. ¿Ganará la ley de la oferta y la demanda y veremos los precios del oro y la plata disparados?