Inglaterra se da de bruces contra su propia idiosincrasia: Brexit y el populismo conservador de bajadas de impuestos -que hizo a Truss primera ministra-. Ya lo decía Rishi Sunak.
La prima de Truss:
La parte larga, la sombreada en naranja, es la que pone en serios apuros al desarrollado sistema de pensiones del país.
Tanto los tipos de mercado, como la depreciación de la libra, es el tirón de orejas a un país que no levanta cabeza. La parte buena, para un inversor, es que, probablemente, no le quede otra que mejorar. Bien por un cercano nuevo primer ministro, bien por un giro 360º de la política su política fiscal.