Si creen que existe una relación directa y proporcional en mayor o menor grado de las tesis económicas y los mercados financieros, se equivocan.
Si piensan que un economista ortodoxo puede hacer previsiones acerca del valor futuro de un índice, se equivocan.
Si esperan recibir los mismos resultados en Bolsa, como aquel que se aprende la lección de macro o econometría y sale exitoso de su examen, se equivocan.
Poca o nula aplicación práctica en Bolsa tienen sus conocimientos sobre lo que han aprendido, leído, o simplemente, puesto en práctica en la economía real de todas sus tesis y prácticas acerca de la ciencia económica.
La Bolsa, por suerte o por desgracia, muestra la vulnerabilidad de una realidad económica sometida a presión, interpretación, manipulación y emoción de todos aquellos que están detrás de hacer un "click" en su ratón, sea un inversor institucional o un especulador irracional en un pueblo perdido de Soria. Y lo que en los mercados sucede es el perfecto equilibrio de todas las fuerzas interlocutoras en cada preciso momento en que hacen "click".
Si piensan leerse algún manual para especular en bolsa, invertir, o simplemente divertirse, deben saber que por encima de toda ciencia, teoría y práctica se escuentra el ser humano, el cual cambia a cada instante, justo lo que reflejan los gráficos segundo a segundo, y eso no hay manual ni emérito que sepa interpretarlo.