Llevamos tanto tiempo esperando la llegada de la vacuna anti-covid que libera nuestras vidas de las cárceles de las cuarentenas, que con cada nuevo anuncio, sabiamente dosificado para sacar los máximos efectos especulativos en los mercados, las listas de precios sufren un evidente subidón de adrenalina alcista. El lunes parece ser el día elegido y la hora es la de antes de la 1 pm hora española (7 am en Wall Street).
Ayer, como en la semana anterior, llegó el anuncio de los avances del ensayo de fase 3 de otra vacuna de la farmacéutica estadounidense Moderna. Este descubrimiento promete ser incluso más fantástico que el de Pfizer (NYSE:PFE), anunciado exactamente una semana antes. Su efectividad es incluso del 94% y, sobre todo, parece que se puede conservar a temperatura normal de frigorífico durante 30 días, lo que facilita enormemente las posibilidades de administración.
Estos anuncios, que revelan resultados obtenidos por ahora en muestras muy pequeñas y nada nos dicen de otros dos aspectos decisivos, a saber, los efectos secundarios y la duración de la inmunidad que proporcionarán a quien se los inyecte, sirven sobre todo para conseguir dos objetivos.
La primera es mantener alta la moral de las tropas, recordando la llegada de la caballería semanalmente, para inducir a las poblaciones terrestres, plagadas de encierros generalizados y opresivos, a resistir en espera de la deseada liberación.
El segundo y quizás el principal es sugerir siempre nuevos temas especulativos a los mercados que ya en este mes de noviembre han producido una aceleración récord y sentirían la necesidad de descargar los excesos acumulados. Pero, como un caballo exhausto, pero continuamente impulsado por el látigo del jinete, son llamados a correr nuevamente.
La semana pasada, el anuncio de Pfizer provocó que las acciones farmacéuticas estadounidenses en la apertura de Wall Street subieran de 36,40 dólares el viernes por la noche anterior a 41,86 en la apertura del lunes 9 de noviembre.
Esa es una buena ronda de + 15%, que la continuación de la sesión y las tres siguientes han recuperado casi por completo. Mientras tanto, el director general de Pfizer pudo vender el 60% de las acciones de la empresa que poseía a los suculentos precios de 9,11, obteniendo una sustancial plusvalía. Y la euforia que ha plagado a los mercados de todo el mundo ha permitido que SP500 marque un nuevo récord histórico y que los índices europeos registren una subida nunca antes vista en los casi cuarenta años de historia del índice Eurostoxx50. Casualmente.
Ayer se intentó volver a proponer la misma película, cambiando solo los actores principales. Moderna, que cotiza en el Nasdaq, que en la última semana había atraído el interés especulativo de traders y gerentes y logró un aumento semanal de más del + 23%, ayer abrió la sesión con un nuevo salto del + 12% en comparación con el viernes. Después de todo, obtenemos un aumento del + 38% en solo 5 sesiones + una apertura. Esperamos en los próximos días saber cuántas acciones vendieron ayer los gestores de Moderna y cuánto se recuperará el mercado de los incautos que compraron ayer después de la noticia.
Los índices de ayer ya estaban agotados por el rally que tuvo lugar en las dos primeras semanas de noviembre, pero no pudieron evitar absorber este subidón de adrenalina. S&P 500 (+ 1,16%) casi volvió a los máximos del lunes anterior, cerrando en 3.626 y estrangulando la mini corrección que parecía estar ocurriendo en la fase media de la semana pasada. Euro Stoxx 50 (+ 1%) casi ha alcanzado los 3.500 y ha ajustado su máximo pospandémico del miércoles pasado. El Dax brilló menos (+ 0,47%), pero por otro lado, arrastrado por los bancos y la energía, el italiano FTSE MIB saltó un + 1,98% y, cerrando la sesión en 21.317 puntos, superó los máximos en julio pasado, restableciendo la tendencia alcista a medio plazo que había sido abandonada durante unos 3 meses.
Hoy vamos a ver si la inercia alcista podrá empujar aún más las listas y ganar el peso de la sobrecompra, que es cada vez más significativa.
Es más probable que se produzca una corrección cada día, pero después del fracaso del intento en la segunda mitad de la semana pasada, es posible que los mercados quieran subir un poco más antes de descansar.
La sensación es que las vacunas, por ahora, pendientes de las autorizaciones que darán paso a la administración masiva a los miles de millones de ciudadanos del mundo, ya han inmunizado los mercados. Y, dado que todavía faltan muchos anuncios en la apelación, preparémonos a tiempo para la cita del próximo lunes.