Las acciones suben, las divisas bajan

Es extraño ver a los mercados de acciones yendo para un lado y las divisas para otro, pero eso mismo es lo que sucede en estas jornadas.

El índice Dow Jones llegó el martes a primera hora a su máximo histórico y cerró, en una ola de euforia, a 14253 puntos la sesión de la víspera, con un incremento del 0,88%. Igual comportamiento, con máximos anteriores a la crisis de 2008, presentan los mercados europeos, cuyos índices principales operan con ganancias del 0,6% en promedio, y con sendas tendencias alcistas de corto plazo.

Al mismo tiempo, el euro no sale de una maraña que lo lleva entre 1,2970 y 1,3070, y la libra, impactada por la presentación del Gobernador del BoE, Mervyn King, no logra levantar cabeza.

Ante un aumento de las acciones y una bajada de las divisas, parece claro que lo que sobra es liquidez, que se vuelca a los papeles y devalúa a las monedas, que de todas formas se mueven poco y en forma errática.

Los peligros de estos ciclos, que no suelen durar mucho, es que se generen burbujas. No tardarán en aparecer los titulares que hablen de euforia, records históricos y otras expresiones típicas de estos momentos, para caer, días después, en palabras tales como "explosión de la burbuja" etc.

Claro, mientras duran, estos ciclos alcistas son fantásticos para aquellos que los han sabido aprovechar. El problema es que las acciones reflejan, o deberían hacerlo, la situación de las empresas líderes a las que representan, y todas en conjunto a la economia de una nación, ya sea en la industria, servicios o tecnología. Y es allí justamente donde podemos cuestionar si lo que está pasando es reflejo de la realidad, o solo sobra dinero en los mercados.

Veamos: Estados Unidos viene presentando, con dificultades, un crecimiento medianamente sostenido, con un PBI de cifras modestas, con una creación de empleo de igual tenor aunque menos fluctuante e incierta que en los años anteriores, y con niveles de consumo y de inflación poco atractivos. No se puede pedir, por supuesto, números brillantes luego de una crisis como la de 2008, y al parecer, la primera economía del mundo marcha por el camino correcto. Sus índices bursátiles llegaron el martes a sus máximos históricos. Es coherente? No parece.

Pero si no es coherente para Estados Unidos, uno se pregunta cómo el FTSE 100 de Londres cotiza a por encima de los 6400 puntos ahora mismo, con la economía británica en recesión, tasa de desempleo en el 8%, consumo retraído y con la alta probabilidad de que el BoE deba aumentar su auxilio a la economía, lo cual podría ser anunciado mañana mismo.

Y cómo el CAC 40 de París cotiza en su máximo desde julio de 2011, con la economía francesa que perdió su máximo nivel de calificación hace poco en función de su escasa perspectiva de crecimeinto?

El DAX 30 también mira desde las alturas, aunque, se sabe, la economía alemana parece darle siempre la razón a un conjunto de acciones que no dejan de crecer, y que por el momento no encuentran un techo.

Es evidente que estos movimientos vienen acompañados de fuertes correcciones, que también sufrirán las divisas principales.

El euro, en estos momentos, se presenta sin cambios, buscando algún dato que le permita saltar a la zona de 1,31, antes de iniciar un nuevo movimiento bajista, que estimamos en la zona de 1,25/1,26 para las próximas semanas.

La libra Esterlina no presenta variaciones de importancia, aunque su movimiento alcista de la víspera no pudo quebrar 1,52, y solo la superación, durante las próximas horas, de 1,5160, podría darle fuerza alcista.

El yen, el dólar canadiense y el franco, sin cambios. El dólar australiano, recuperando sus posiciones perdidas a inicios de semana.

El dato de empleo privado (ADP), es el informe más importante del día, y el único, por lo visto, capaz de sacar a las divisas principales del letargo en que se encuentran.