Este principio de año, los mercados de renta variable se siguen mostrando fuertes y especialmente resistentes a los conflictos geopolíticos, como los acontecimientos prebélicos entre Estados Unidos e Irán de las últimas semanas. En otras circunstancias, un bombardeo de bases norteamericanas por parte de Irán hubiese generado un ajuste importante en bolsas en el corto plazo. Sin embargo, la pasada semana los índices vuelven a tocar máximos históricos en Wall Street, y en Europa el Dax alemán se acerca a ellos, cerrando la semana cercano al 13.500.
Los bonos sí se vieron beneficiados por las tensiones en oriente medio. Tras rebajarse estas tensiones se han estabilizado a unos niveles de Tires más bajos que los de cierre del año. Continuamos viviendo unos momentos dulces de mercados en la que casi todo posicionamiento es acertado.
Los regalos navideños fueron tan acertados que la euforia festiva continúa. Nos queda todavía una semana hasta llegara al día que se ha catalogado como el más triste del año. El lunes de la tercera semana de enero, este año el 20 de enero, es considerado como el Blue Monday o día más deprimente del calendario debido principalmente al clima y a que se empieza a notar la cuesta de enero.
Es poco probable que este estado de ánimo influya de una manera determinante en los inversores pero sí que deberíamos considerar que cada vez quedan menos estímulos para que la revalorización continúe. El pronóstico favorable del conflicto comercial, el Brexit ordenado y la eliminación del riesgo de recesión ya están en precio de los activos.
Además, quedan pocas expectativas de una mayor laxitud por parte de las políticas monetarias de los bancos centrales y hay dudas de los efectos que estas supondrían en el crecimiento económico.
Es lógico que los inversores alcistas no tengan motivos de preocupación, por el momento. Con el 20% de la Deuda en Grado de Inversión aportando rendimientos negativos uno de los posicionamientos más razonables es en acciones que pagan dividendos.
Además a pesar del recorrido de la renta variable en 2019, el valor de las acciones del MSCI World solo se encuentran ligeramente por encima de su valor en enero de 2018. Aunque en enero de 2018 la actividad de fabricación mundial (PMI) alcanzó su máximo (ver figura).
Actualmente, queda por confirmar que se van a recuperar los PMI manufactureros. Esta confirmación de los datos macro será clave este año 2020. Y de igual manera que los resultados empresariales van a tener que justificar las valoraciones actuales y la persistencia de los dividendos en el futuro.
Los mercados han superado incertidumbres, pero quedan incógnitas que resolver, lo que hace difícil apostar un posicionamiento netamente alcista, conviniendo al inversor mantener una posición más defensiva, monitorizando la evolución de los datos y ajustando su cartera según se convierten en realidades las expectativas. Una selección de tendencias de crecimiento secular disruptivas (digitalización, vehículo autónomo, energías renovables...) pueden ser también una solución que permita sortear momentos de dificultades sobrevenidas.
La semana en la que entramos va a venir marcada por la firma, el próximo miércoles en la Casa Blanca, de la Fase 1 del acuerdo comercial entre EE.UU. y China. Cualquier sorpresa sobre este asunto podría generar volatilidad en los mercados. Así que nos toca estar nuevamente pendientes de con que pie se levanta Donald Trump estos próximos días. El conflicto comercial entre las dos grandes potencias económicas mundiales tiene pronóstico de persistencia aunque se perciban avances. Aunque se está positivando los últimos movimientos, los aranceles continúan y sigue pesando en las decisiones de inversión de muchos directivos y gerentes de compras. Esto puede lastrar la esperada recuperación de la actividad manufacturera.