Recientemente, el laureado economista Nouriel Roubini advirtió de tres posibles variables que podían afectar a las economías y bolsas mundiales en el corto y medio plazo. Concretamente, advirtió de una falta de atención en las protestas que estaban sucediendo en Hong Kong y su posible contagio en otros paises, debilitando así la economía china y su efecto hacia el exterior.
Otra de las variables que maneja y advierte es un posible repunte de la tensión en los conflictos de Rusia y Ucrania o Siria motivada por una política exterior agresiva por parte de Vladimir Putin.
La tercera y última variable, la posibilidad de un ataque terrorista del estado islámico en EE.UU o Europa.
Quizá hay que incluir aquí la psicosis controlada por lo poderes fácticos para generar confusión y miedo ante una posible guerra mundial que ayude a bajar las bolsas y sus economías para volver a construir y partir de niveles donde es más fácil crear y de nuevo dar confianza a la masa, al vulgo.
Obviamente, hoy, después de muchas guerras, las presentes son aisladas y locales. Eso es un desarrollo en cuanto al magnicidio y los caidos por causas absurdas. Hoy, la guerra es mediática.
Saber como generar depresión y crecimiento depende de estudios sociológicos solo a disposicion de unos pocos para equilibrar el mundo con mensajes concretos directos a las emociones del sentimiento popular, nacional e internacional. Individuos económicos al servicio del sistema.