Saxo Bank sigue creyendo firmemente en el potencial de Rusia a largo plazo, pero la economía del país se estaba dirigiendo a un escenario recesionista y de déficit en su cuenta corriente incluso antes de las sanciones, de la caída del 25% en los precios del petróleo y el conflicto con Ucrania. Estos problemas ya han empezado a ser casi una emergencia, y donde mejor se refleja es en el rublo y su caída del 40% (frente al dólar estadounidense) este año.
Se cierne una tormenta perfecta sobre la economía rusa que podría acabar con las compañías estatales o con el propio gobierno al caer selectivamente en una situación de default. Esta situación podría ser parte de una escalada entre Rusia y la UE/EE.UU. o podría producirse por la escasez de acceso a la financiación.
Las compañías rusas tienen que devolver 134.000 millones de dólares de deuda entre 2014 y el final de 2015. Esta deuda, lógicamente, está respaldada por las reservas de divisa de 400.000 millones de dólares. Aunque Rusia pueda ganar algo de tiempo con esto, la ley Rotenberg (devolver el dinero perdido por las sanciones a los empresarios rusos), la intervención del rublo, un futuro déficit en la cuenta corriente, grandes déficits presupuestarios (falta de ingresos fiscales y del petróleo), y el hecho de no tener apenas acceso a la financiación en mercados de capital suponen que estos 400.000 millones de dólares se queden en calderilla.
Rusia ya ha sufrido un descuento del valor a largo plazo de la energía, minería, sus compañías y su gente. Así, puede que lo que el país necesite para el futuro sea un nuevo comienzo (como en 1998), pero también necesita una solución diplomática por lo que respecta a Ucrania.