Fuerte batacazo el de ayer en todos los índices mundiales, en especial para los estadounidenses (lo que augura una continuidad de la sangría para hoy en los europeos). La cosa fue a peor desde que hubo constancia de que Trump había firmado ya para establecer aranceles a las importaciones de acero y aluminio de China por valor de 60.000 millones y, pese a que de momento ha eximido a la Unión Europea, se avecina una guerra comercial de incierta resolución.
Así las cosas, aunque las caídas fueron generalizadas, fueron especialmente fuertes en compañías sensibles a las importaciones de acero y aluminio, como Caterpillar (NYSE:CAT), Boeing (NYSE:BA) o 3M (NYSE:MMM); el sector financiero también sufrió un fuerte varapalo. Con todo, no podemos afirmar, desde el lado técnico, que los índices se hayan deteriorado hasta tal punto como para asegurar que el lado bueno sea el bajista; no aún.Deberíamos esperar confirmación en cierre semanal, hoy, para hacer balance. Es cierto que el Dow Jones y el S&P 500 han roto a la baja sus respectivos triángulos, pero lo han hecho tan cercanos al vértice que puede verse desvirtuado el carácter tendencial que se le presupone a dicha figura.
Los índices europeos se han aproximado mucho a sus soportes de referencia, los que sirvieron para detener el deterioro el 5 de marzo, siendo el Ibex 35 el que tiene dicho soporte más comprometido, los 9.490 puntos. Es de esperar una apertura para hoy bastante negativa; lo importante es el cierre hoy, en gráfico semanal. Pese a las sensaciones pesimistas que ahora puedan predominar, aún no parece el momento de tomar posiciones cortas; por supuesto, si llevamos jornadas y jornadas (a fuerza de resultar aburridos y repetitivos) diciendo que había que estar “a verlas venir”, con escasa o nula actividad, con mayor motivo debemos permanecer en esa postura ahora que parece próxima una resolución importante para los precios.
Especialmente preocupante (por su peso específico en todos los índices) es el comportamiento del índice sectorial bancario europeo, que ha roto con relativa fuerza el soportazo que desde abril de 2017 presentaba en la zona de 127,65. También conviene recordar que a finales de enero tuvo un escape alcista que auguraba alzas sostenidas, y resultó un fiasco.
En definitiva, de la misma manera que un par de jornadas alcistas no nos deben conducir a la euforia, tampoco dos caídas consecutivas nos llevan al Armaggedon... Y si ha de ser así, es preferible esperar confirmación para actuar en consecuencia.
Además, si miramos los MACD de todos los índices europes, nos presentan divergencias alcistas, pues aunque ambas líneas están por debajo de 0, siguen cruzadas al alza entre sí.