Este artículo va a intentar responder algunas preguntas que suelen hacerse quienes inician un curso con algún mentor o academia de trading. Esto aplica a todo lo relacionado con la temática (cursos de bolsa, forex, futuros, opciones, etc.).
La primera pregunta que se hace un novato es: ¿Por qué mi mentor no es millonario? Desde un principio te enseñan que, cuando arriesgues tu dinero en el mercado de valores, ese riesgo no puede superar el tope del 4% de tu capital (un 2% estaría bien). Entonces, la respuesta sería: ¿cómo alguien que solo arriesga un 4% como máximo podría ser millonario? Explicado de otra forma, existe una ley natural que dice que "a mayor riesgo mayor rentabilidad, y a menor riesgo menor rentabilidad".
Entiendo que todo se potencia mediante interés compuesto y diversificación, o alguna forma de gestionar una operación sumando más posiciones cuando la tendencia va a nuestro favor, como lo hacía Richard Dennis en los años 80, pero eso tiene sus límites, además de que tu mentor no es Richard Dennis, ¡y no estaría a tu alcance pagarle para que te enseñe!
Es normal ver videos en YouTube como «¡Gane un 50% en un mes: te comparto mi estrategia!»; pero, así como se gana, se pierde todo al otro mes. Todos dicen cuánto sacan de rentabilidad por mes, pero nadie dice cuánto riesgo asumen. A excepción de Richard Dennis, el resto de los mortales gana en promedio entre un 5% a 15% anual, siempre asumiendo sostenibilidad en el tiempo y un riesgo moderado. Inversores que manejan capitales grandes como Warren Buffet sacan un 23% anual en una cuenta auditada por 10 años. Jim Simons —el matemático y mejor inversor de todos los tiempos— sacó un 80% anual, pero con un ínfimo riesgo (utilizando algoritmos potenciados por supercomputadoras, con estrategias que son hasta secretos de Estado).
Entonces, ¿cómo es posible que te digan que sacan un 50% por mes? Eso es insostenible en el tiempo: esas mismas personas son las que gastan todos sus ahorros y alquilan o rentan por unas horas un automóvil Lamborghini o una casa de lujo para hacer la tan famosa y engañosa publicidad de «Cómo el trading cambió mi vida», porque ¡ser millonario vende más!. Pero, ¿qué hacen las personas que no recurren a estos trucos, y tienen un método o estrategia rentable y no tienen los recursos? No todo el mundo puede vivir del trading con 2.000 dólares y con una rentabilidad del 10% anual. En este caso, tienen dos opciones.
La primera de ellas es el asesoramiento financiero. Hay un dicho en Wall Street que dice: «Wall Street es el único sitio donde los que conducen Rolls Royce (LON:RR) les piden consejos financieros a los que se toman el metro». Esta es una realidad, ese 10% de rentabilidad anual puede ser una suma importante si el capital es importante. Es cierto que quienes asesoran financieramente se llevan jugosas comisiones (dependiendo del capital que administran), solo basta mostrar una cuenta auditada con una respetable rentabilidad y espíritu emprendedor para tener los primeros clientes, luego de la correspondiente matrícula como asesor financiero.
Pero aquí existe un problema, ¿qué pasa cuando el cliente no entiende este negocio, o no tiene la mentalidad adecuada para entenderlo? Por algo se estudia tanta psicología en este negocio, y esta es la parte difícil para el asesor financiero, ¡no se olviden de que el cliente tiene la última palabra, es su dinero! Pero como no está preparado mentalmente, se retira ante la primera crisis odiando al trader profesional y dándole mala fama, sin esperar la futura recuperación de su capital. ¿Qué hace en esta situación el asesor financiero? Lo ideal sería que, mientras lo asesore, lo vaya educando para prepararlo mentalmente, y me refiero a esa clase de clientes que miran su cuenta día a día, pero ¿qué pasa si el cliente no quiere ser educado?
Es ahí donde el asesor financiero se puede poner selectivo con sus clientes, o bien se vuelve loco y deja de lado el asesoramiento y se transforma en maestro recurriendo a la segunda opción de las que les quería hablar: la enseñanza de trading. Es menos estresante enseñar un método a alguien que viene con la intención de educarse, pero aquí existe otra dificultad. Existen muchos mentores que tienen una estrategia o método rentable, que no son millonarios y lo enseñan sin considerar las características mentales y personales de sus alumnos. Es decir, exigen que los alumnos se acomoden mental y personalmente a un método que encaja con la mentalidad y personalidad del mentor, y es por eso que muchos alumnos fracasan después de realizar estos cursos.
Yo, por ejemplo, soy una persona muy ansiosa, y quiero operar constantemente en el mercado; entonces, decidí desarrollar una estrategia que me permite sobreoperar, y encaja perfectamente con mi personalidad (¡ojo! Cuando hablo de sobreoperar me refiero a hacer trading respetando las reglas de la estrategia —hay estrategias que te dan más señales del mercado que otras— y no a sobreoperar de forma equivocada, que es incumplir con tu estrategia viendo oportunidades donde no las hay). Por lo tanto, es claro que no me hubiera ido bien pagando un curso de algún método que no tuviera estas características que encajan con mi personalidad.
Es por eso que muchos novatos van de curso en curso, pero ese es el costo que tienen que pagar para encontrar lo que mejor se adapte a ellos mismos: esto último es muy difícil y muy costoso, y los novatos llegan a un círculo vicioso del que no pueden salir; van de estrategia a estrategia, sin poder especializarse en una. La otra opción que le queda al novato es tomar un curso, y buscar corregirse y adecuarse a las características mentales y personales que requiere la estrategia o método que se enseña; pero claro, nadie quiere hacer este sacrificio personal.
Hay quienes lo logran y eso les significa un crecimiento personal, es un cambio completo de mentalidad y de hábitos, hay personas que tienen la capacidad de hacerlo; de todas formas se trata de dar el salto de fe e intentarlo. ¡Sí! Con un mentor que no es millonario, que probablemente se toma el metro, y que te enseña un método que seguramente comprobó durante muchos años, y que te puede dar cierta libertad financiera, sin que ello signifique volverte millonario en poco tiempo.
Y tú, ¿crees en la educación financiera? ¿O decides aprender por ti mismo?