Muy poco ocurre en el mercado de divisas en las últimas jornadas del mes. El centro de la atención de los inversores pasa en estas horas por lo que pueda suceder entre Grecia y la eurozona, que vienen negociando sin buenos resultados desde hace años.
Los plazos para evitar un default de la economía del país heleno se agotan el martes 30 de junio en la noche, y probablemente antes de esa hora se llegue a algún acuerdo que no dejará conforme a nadie, pero evitará volatilidad en los mercados.
El Banco Central Europeo, tal vez la parte que menos involucrada se ve en estas negociaciones, viene haciendo enormes esfuerzos desde varios meses atrás, colocando 60 mil millones de euros en el circuito económico mes a mes, con alguna reacción positiva. Tal vez por ello mismo es que sus autoridades tratan de que se llegue a un acuerdo, que evitaría efectos nocivos para la incipiente recuperación de la eurozona.
En lo que respecta al euro, prácticamente se mantiene inmóvil. Sus máximos y mínimos diarios son muy cercanos, y esto suele ser el preludio de movimientos fuertes. Si durante el fin de semana, como se ha hablado en estos días, se llega a un acuerdo, los gaps de los pares del euro en la sesión asiática del lunes serán significativos, y de alguna forma aprovechables, si es que estos son al alza, sobre todo.
El resto de las divisas, sin cambios, y sin movimientos previstos para un viernes que asoma tranquilo.