Aunque el resurgimiento de la volatilidad sugiere que los activos de riesgo están todavía en peligro, en general las divisas de alto beta no han sido materialmente afectadas.
El S&P 500 vio a todos los sectores cerrar a la baja en más de 300 puntos básicos, ya que los rendimientos de Estados Unidos repuntaron, aunque las divisas se mantuvieron estables. Para nosotros, esta falta de contagio indica que las acciones no van a bajar mucho más, dado que se trata de una corrección técnica en lugar de un cambio estructural. En los mercados emergentes, el aumento del peso mexicano lo convierte en una divisa atractiva. Banxico elevó en 25 puntos básicos la tasa de interés, al tiempo que proporcionó un tono de línea dura señalando que es probable que haya más alzas. La inflación ha descendido ligeramente; sin embargo, un MXN más débil podría cambiar esta tendencia.
Dado el entorno doméstico y global, es poco probable que la inflación se reduzca de manera significativa. No vemos ninguna comunicación política moderada hasta 2019 y se podría ver un pico de las tasas en el 5,75 %. Además, seguimos viendo el resultado de un TLCAN tranquilo. A pesar de las rabietas de Trump, la economía del comercio entre Estados Unidos y México está profundamente integrada. Cualquier acción tendría un resultado complejo, y la mayoría se podría evitar fácilmente. Consideramos que la fortaleza actual del USD/MXN es una oportunidad para recargar posiciones cortas.