Asumiendo que la producción petrolera aumentara gradualmente hasta alcanzar 500 mil barriles diarios adicionales en 2018 y que estos se produjeran bajo contratos de producción compartida, los ingresos públicos aumentarían en 22 mil 156 millones de dólares durante el periodo 2015-2018 con costos de inversión incurridos únicamente por las empresas petroleras privadas
Dadas las dificultades para la extracción del petróleo en yacimientos no convencionales o en aguas profundas, la asignación de estos contratos debe de estar regida bajo criterios de eficiencia operativa con la finalidad de fortalecer los ingresos del gobierno; por ejemplo, si el petróleo para la recuperación de costos se redujera a un décimo de la producción bruta después de regalías, entonces estos ingresos aumentarían en 29 mil 911 millones de dólares durante el periodo 2015-2018
Los contratos de producción compartida, a diferencia de los de utilidad compartida, al ofrecer flexibilidad comercial y costos de operación bajo un control único podrían resultar más atractivos para la toma de riesgos por parte de las empresas petroleras privadas. Por lo tanto, Pemex tendría que definir en qué proyectos optaría por un tipo de contrato u otro, considerando también su interés por avanzar sobre la curva de aprendizaje para la extracción de petróleo de difícil acceso como el de lutitas (shale) y aguas profundas
Finalmente, en caso de ser aprobados los contratos de producción compartida, es importante que tanto el régimen fiscal como una escala deslizante (en la repartición del petróleo de utilidad) se utilicen para fomentar el desarrollo estratégico del sector petrolero vs. la maximización de la renta petrolera
Un cordial saludo,
BBVA Research