El reciente dato de ventas minoristas en la Eurozona, publicado el 4 de octubre de 2023, ha generado preocupación en los círculos económicos y financieros. A pesar de las expectativas de una caída del 1.2% en las ventas minoristas anuales, el dato real reveló una contracción del 2.1%. A primera vista, este desplome puede parecer una confirmación de las difíciles condiciones económicas que enfrenta la Eurozona; sin embargo, esconde un problema aún mayor que merece un análisis más profundo.
El consumo es un pilar fundamental de la economía, y su evolución tiene un impacto directo en el crecimiento económico. La disminución del consumo puede estar relacionada con varios factores, como la inflación, el desempleo, la incertidumbre económica y las políticas fiscales restrictivas. Estos elementos pueden erosionar la confianza de los consumidores y su capacidad de gasto, lo que a su vez afecta a las ventas minoristas. Este escenario es, por sí mismo, preocupante y sugiere una recuperación económica desafiante en la Eurozona.
El problema se complica aún más al considerar el crecimiento de la economía sumergida. La economía sumergida se refiere a la actividad económica no registrada oficialmente, lo que incluye la evasión fiscal y la omisión de declarar ingresos. En este contexto, los vendedores pueden estar optando por no declarar ganancias para eludir impuestos y regulaciones adicionales.
Un ejemplo ilustrativo de este fenómeno se encuentra en España, donde se ha producido un aumento en las cuotas de autónomos. Este incremento en las obligaciones fiscales para los trabajadores autónomos puede estar incentivando a algunos de ellos a operar en la economía sumergida. Al hacerlo, las transacciones no se registran, y, por lo tanto, no están sujetas a impuestos ni regulaciones.
La situación económica en la Eurozona es indiscutiblemente desafiante, y la caída en las ventas minoristas plantea problemas significativos. Este dato, que refleja el consumo de la población, no solo es un indicador de la situación económica presente, sino que también puede actuar como un indicador indirecto de la magnitud de la economía sumergida. En tiempos de prosperidad económica, la economía sumergida tiende a disminuir, ya que los agentes económicos tienen menos incentivos para evadir impuestos y operar en la clandestinidad. Por lo tanto, el hecho de que el dato de ventas minoristas en la Eurozona revele una contracción más profunda de lo esperado, junto con el crecimiento de la economía sumergida, sugiere que la situación económica es más precaria de lo que parecen eludir los gobiernos en sus declaraciones públicas. Esta interrelación entre las ventas minoristas y la economía sumergida resalta la importancia de abordar no solo los síntomas superficiales de la recesión económica, sino también las raíces profundas.