El mercado mundial de crudo espera con ansia la reunión de la OPEP que se celebrará el 27 de noviembre. El resultado de esta reunión podría establecer el tono y la dirección de los precios del petróleo para el primer trimestre de 2015. Lo que está en juego está claro para todos, después de un par de trimestres en los que han cambiado los movimientos, donde el precio del petróleo cayó a niveles que no se habían visto en años.
El aumento de la oferta tanto dentro como fuera de la OPEP creó esta situación "nueva", en la que los consumidores a nivel mundial pasaron bastante rápido de preocuparse por las dificultades en la oferta y los picos en los precios posiblemente devastadores, a la situación actual, donde los productores se encuentran compitiendo por el precio para mantener su participación en el mercado.
Nuevas técnicas no convencionales de producción, como la extracción de petróleo de esquistos bituminosos, entre otras, incrementaron la producción de petróleo de Estados Unidos al nivel más alto en 30 años. Desde 2011, este rápido aumento en la producción en EE.UU. hizo más que compensar, mediante el aumento de la demanda mundial y las constantes dificultades en la oferta gracias a varios acontecimientos geopolíticos.
Los acontecimientos más importantes del último tiempo fueron la guerra de Libia en 2011, las sanciones contra Irán en 2012, seguidas por las huelgas portuarias en Libia en 2013 y, más recientemente, la aparición de militantes del Estado Islámico en Siria e Iraq. Durante el primer trimestre de 2014, estas dificultades importantes, así como otras menores, presentaron el nivel más alto desde la guerra de Iraq/Kuwait en 1991.
Desde entonces, el petróleo de Libia retornó, mientras algunos miembros de la OPEP aumentaron la producción y otros, particularmente Arabia Saudita, mantuvieron un nivel alto de producción. El aumento en la oferta en un momento en que el crecimiento de la demanda se ralentizó nos llevó a la situación actual, donde los productores de petróleo vivieron una pronunciada caída en las ganancias mientras que los países que consumen petróleo, inclusive China y EE.UU. (los dos más importantes a nivel mundial), recibieron un impulso importante.
Si la OPEP quisiera arreglarlo rápidamente, podría aceptar una significativa reducción de la producción hasta que se restablezca el equilibrio entre la oferta y la demanda. Algunos de los países más débiles de la OPEP, como Venezuela, Libia e Irán probablemente prefieran este camino, aunque probablemente no contribuyan demasiado a dicha reducción, ya que necesitan desesperadamente cualquier ingreso que puedan obtener. Los productores más ricos, como Kuwait, Emiratos Arabes Unidos y Arabia Saudí, están más preparados para que el mercado determine cuál debería ser el nuevo rango de precios.
El nivel de incertidumbre sobre el resultado puede verse en la gran variedad de pronósticos de los analistas, pero también algunos observadores de la OPEP dijeron que este es particularmente difícil de predecir. El cartel tiene varias opciones, entre las que "no hacer nada" perjudicaría los precios aún más ya que, según sus propios pronósticos, solo necesitaría producir 28,4 millones de barriles por día durante el primer trimestre. Los niveles actuales de producción están muy por encima del objetivo actual del cartel, de 30 millones de barriles al día.
Cortar la producción significativamente en más de 0,5 a 1 millón de barriles, que es lo que se prevé actualmente, podría ayudar a desencadenar una recuperación del mercado y restablecer el rango no tan por debajo de lo que se vio hasta hace unos meses. Pero al hacerlo, la OPEP estaría respaldando de forma indirecta al continuo aumento de la producción de esquistos de EE.UU. y en un año podrían enfrentarse a una situación similar donde los precios, una vez más, se encontrarán ante una renovada presión de venta.
La producción de petróleo de esquistos bituminosos de EE.UU. requiere un precio relativamente alto para una ruptura en equilibrio, pero la continua innovación y mejoras en las técnicas de producción de los últimos años recortaron este punto de equilibrio del precio para el petróleo de esquistos. Por lo tanto, se prevé que el crudo WTI tendría que operar por debajo de los 70 dólares durante un tiempo considerable antes que los precios más bajos comiencen a impactar negativamente el crecimiento de la producción.
Estos acontecimientos, tanto dentro como fuera de la OPEP, nos llevan nuevamente a la reunión del jueves y recalca porqué podría ser la reunión más importante en varios años.
Coincidentemente, el jueves también EE.UU. cierra y las familias se reúnen para dar gracias por la cosecha y el año que pasó. Este año, los agricultores de EE.UU. obtuvieron una cosecha récord, mientras que el costo de la gasolina cayó 3 dólares por galón para los consumidores y, por ende, aumentó su confianza y el ingreso disponible.
¿La OPEP decidirá un arreglo rápido y luego se preocupará por el futuro, o derivará el desafío a los productores de EE.UU. permitiendo que el precio se mantenga bajo o incluso baje más en el corto plazo? Estas son las preguntas que el mercado buscará responder el próximo jueves.