El Oro acaba de disparar una doble señal de venta, después de que el dólar cerrara al alza por segundo día hoy, quizá impulsado por la comparecencia de ayer del presidente de la Fed, Jerome Powell, ante el Congreso. La moneda de reserva global está a sólo un 0,07% de su cierre del 28 de junio, su cota más alta en un año.
El metal precioso se suele mover de forma inversamente proporcional al USD por dos razones fundamentales:
- El dólar ofrece rentabilidad, en forma de intereses, mientras que el oro no. Cuando los tipos de interés dominan la dinámica del mercado, lo normal es que el billete verde suba frente al oro. Por el contrario, cuando los tipos no son centro de atención, el oro suele subir frente al dólar.
- Los inversores normalmente consideran el dólar un activo de riesgo, mientras que el oro ha sido un clásico refugio clásico.
Sin embargo, desde el 12 de marzo, cuando comenzó la crisis de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la dinámica de mercado tradicional descrita en el punto dos parece haberse esfumado, dejando a los traders muy confusos.
Aunque el precio del oro subió en principio, tocó techo a mediados de mayo, dejándose un 7,5% durante el período. Curiosamente, el otro activo considerado también refugio seguro, el yen, también cayó un 6,3% durante el mismo período.
Irónicamente, aunque puede que el presidente de Estados Unidos haya iniciado la disputa comercial, el USD ha asumido la posición de último refugio durante la crisis mundial, usurpando el cargo que fuera del oro y el yen. Lo mismo ocurrió después de la crisis financiera de 2008, desencadenada por el mercado de hipotecas de alto riesgo de Estados Unidos, pero que dio como resultado un aumento de popularidad del dólar como valor seguro.
En una muestra de lo pesimistas que son ahora mismo los traders en cuanto al oro, el metal precioso acaba de disparar tres señales bajistas esta semana.
El precio ha cruzado por debajo de su línea de tendencia alcista desde noviembre de 2015 y la media móvil de 200 semanas y ha registrado un mínimo más bajo. También ha registrado un descenso por debajo de los mínimos de diciembre de 1.236,59. Todo lo que queda es un pico por debajo de los máximos registrados a finales de enero en 1.366,13.
Pero, ¿cómo se puede saber cuándo se ha alcanzado efectivamente un pico? Hay que comprobar que se han producido estas dos cosas:
- Una subida, y
- El consiguiente descenso —o el precio podría estar simplemente a medio camino hacia un pico más alto.
Por otra parte, un nuevo movimiento, ya sea hacia arriba o hacia abajo, debería cubrir por lo menos una tercera parte del movimiento anterior. En este caso, la siguiente subida debe incluir al menos un tercio del descenso anterior con respecto al pico registrado en enero en 1.366 USD para considerarse una corrección al alza válida, frente al ruido sin sentido que no refleja la psicología comercial general.
Pero eso es sólo la mitad de lo que constituye un pico. También debe venir seguido por un descenso, para “completar” el pico.
Una vez más, sólo un descenso de al menos un tercio de la subida anterior confirma un descenso válido que proyecta la dinámica interna del mercado. Esto aún no ha sucedido en el gráfico semanal, lo que sería una prueba a largo plazo, aunque sí ha pasado en el gráfico diario, cuando el precio tocó techo, revelando la reversión de la tendencia a medio plazo.
Así, aunque todavía no hay una reversión oficial a largo plazo, sí que se han dado las tres señales bajistas.
Estrategias de trading
Los traders conservadores podrían querer esperar un segundo pico más bajo, para completar la reversión de la tendencia oficial.
Los traders moderados podrían contentarse con la evidencia de que la línea de tendencia alcista se ha dejado atrás y el WMA 200 ha pasado de nivel de apoyo a nivel de resistencia, indicando un cambio en la psicología del mercado, con al menos una vela roja larga tras una subida hasta la línea de tendencia alcista o el WMA 200.
Los traders agresivos podrían arriesgarse a posicionarse ya en corto, que pueden trazar un plan de gestión de valores que garantice una relación riesgo-recompensa mínima de 1:3, basándose en los niveles de soporte y resistencia, niveles de precio donde se espera la demanda y la oferta.