Estados Unidos ha aplicado el mismo remedio básico que viene aplicando a casi cualquier problema de los que se ha enfrentado durante los últimos 30 años. Desde que Ronald Reagan asumiera la presidencia, EE.UU. ha inyectado capital en todas y cada una de las crisis a las que se ha enfrentado. Esta acción siempre se justifica porque una economía Keynesiana requiere inyecciones de capital por parte del Gobierno cuando la situación es difícil. Y este tipo de acciones siempre ha venido acompañado de la promesa de que el capital inyectado se retirará de la economía de nuevo cuando los tiempos sean buenos. Por tanto, ya sea la crisis rusa, mexicana, asiática, la tecnológica o la crisis crediticia del 2008, la solución siempre ha sido la de imprimir. Sin embargo, le reto a que encuentre una sola ocasión en la que el Gobierno haya retirado liquidez del mercado.
El resultado de estas políticas se refleja muy bien en este gráfico de la verdadera oferta monetaria. Cada vez EE.UU. está más dentro del pozo y las inyecciones deben ser mucho más grandes que las anteriores para poder sobrevivir. Cuando la tormenta pasaba y llegaba el momento de retirar liquidez siempre se decía que la recuperación era frágil y por tanto, era mejor dejar la situación como estaba. ¿Les suena? Por supuesto, siempre ha ayudado mucho que hayamos vivido en una serie de burbujas para poder mantener a las masas entretenidas. Primero, el mercado de valores entre 1982 y 2007, después el mercado de la vivienda desde el 1995 hasta el 2006, seguido por el mercado de las materias primas desde el 2002 hasta el 2011, los bonos entre 1982 y 2012 y ahora de nuevo con la subida artificial de las acciones entre 2010 y el 2012.
Por desgracia, después de la debacle del NASDAQ en el año 2000, el empleo nunca se ha vuelto a recuperar y en el 2008 se precipitó definitivamente. Se supone que la Fed llevó a cabo el QE1, QE2, la operación Twist y el QE3, con la intención de impulsar el empleo y generar crecimiento económico. Sin embargo, como se puede ver en el gráfico anterior, el empleo en ningún momento ha recibido algún tipo de ayuda de los billones y billones de dólares inyectados, al mismo tiempo que tampoco se ha logrado un crecimiento sostenible. Por tanto, ¿Qué ha logrado la Fed con la emisión de más deuda para solucionar una crisis de deuda? Como se puede ver en el siguiente gráfico, sólo logró lo más evidente:
Con el proceso de emisión de deuda, se está estrangulando el crecimiento y el consumo al mismo tiempo que se lleva a la economía a las garras de una espiral deflacionaria a pesar de las muchas personas que califican las políticas de la Fed de inflacionarias.
Incluso a día de hoy, inexplicablemente muchos analistas niegan la existencia de la deflación e insisten en que las políticas monetarias expansivas sólo pueden originar inflación. Por desgracia para ellos y para todos aquellos que les escuchen, el gráfico revela una conclusión bien distinta:
Este gráfico representa la velocidad con la que se mueve un dólar por la economía. Cuando la situación económica mejora y se está en crecimiento, la velocidad del dinero aumenta y cuando la economía se contrae y se está decreciendo, ocurre lo contrario. La Fed lleva dos años diciendo que la situación está mejorando y, sin embargo, la velocidad del dinero se ha reducido hasta mínimos históricos desde que la Reserva Federal publica este indicador. Esto significa que el crecimiento real es cada vez menor, al igual que el consumo, y no es otra cosa que deflación, lo pinten como lo pinten.