El 13 de marzo más de tres millones de personas salieron a protestar en las calles de Brasil. Muchos especialistas creen que estos hechos destituirán a la presidenta Dilma Rouseff de su cargo. ¿Qué vendrá luego? Probablemente el vicepresidente, Michel Temer, tomará la presidencia. El inconveniente con esto es que él también estará enfrentando un proceso legal debido al financiamiento ilegal de la pasada campaña presidencial. Si es condenado, habrá una nueva elección en Brasil para completar el período presidencial.
Sin embargo, absolverlo sería probablemente el camino mas justo ya que Michel Temer pertenece al PMDB (Movimiento Democrático de Brasil), mientras que Dilma pertenece al PT (OTC:PTGCY)(Partido Laborista), que es el que está implicado con las irregularidades en la financiación de la campaña.
El PMDB es el partido político más importante del país, y sin lugar a dudas ayudará a Temer a encarrilar la situación. Él mismo tiene las habilidades políticas para juntar a miembros de diferentes partidos con el fin de trabajar juntos para dejar atrás la crisis. Como el lector probablemente sepa, Brasil enfrente hoy en día una profunda crisis económica y política. Su PBI cayó mas de 4% este año, como resultado de la gestión llevada adelante por Dilma Rouseff.
Su política económica fracasó rotundamente durante su primer mandato como presidenta, y ella lo sabe perfectamente. Michel Temer tomará un gobierno desgastado. Probablemente consultará políticos de renombre como los ex presidente. s Fernando Henrique Cardoso y José Sarney. Considero que adoptará una política económica ortodoxa similar a la de Mauricio Macri en la Argentina debido a que sabe perfectamente que políticas heterodoxas no lograrán los objetivos deseados.
Como expliqué antes, el próximo mandatario tendrá un margen de equivocación muy pequeño y deberá trabajar con rapidez para regular la situación. Es muy probable que esto haga que forme un equipo económico con los mejores de país. Probablemente reúna al ex presiente del Banco Central de Brasil, Arminio Fraga, para que sea su Ministro de Finanzas.
El objetivo principal será dejarle al próximo que gane las elecciones un país más ordenado y en mejores condiciones. Temer no podrá postularse de nuevo. El nuevo equipo económico tomará duras, pero muy necesarias decisiones económicas al principio. Muchos empleados públicos que ocupas las posiciones conocidas como “posiciones de confianza” serán destituidos.
Es seguro que los gastos estatales serán reducidos, y los programas sociales serán frenados, al menos hasta regularizar la situación. Considero que es muy complicado mover la tasa de interés inicialmente. Sin embargo, el prestigio que creo que tendrá el equipo económico que formará el actual vicepresidente hará cambiar radicalmente las expectativas de la población, lo que puede generar un efecto muy positivo en la economía brasilera.
Más allá de esto, el tipo de cambio se apreciará, lo que quiere decir que el país será más caro en dólares, y por lo tanto será menos competitivo respecto a otros países de la región que exportan los mismos productos. Esto se da porque todas las medias que se toman en contra de la apreciación del tipo de cambio son artificiales y de un carácter temporal. Totalmente diferente puede ser el rumbo de la economía brasilera si José Sarra es designado como Ministro de Finanzas, ya que se caracteriza por ser mucho más heterodoxo que los anteriormente mencionados y, por lo tanto, reducirá el gasto en menor medida.
Más allá de todas las razones explicadas anteriormente, es de público conocimiento que un juicio político en Brasil sería un proceso tedioso y muy complicado, ya que requiere de una gran cantidad de rondas de votación que muchas veces no obtienen el resultado esperado. Sin embargo, si manifestaciones como las de la semana pasad siguen teniendo lugar y las convocatorias siguen siendo tan masivas, será imposible para los encargados de este proceso hacer oídos sordos a los reclamos.
Es momento de esperar a ver como se desencadenan los hechos, pero siempre teniendo en cuenta que la recuperación del gigante latinoamericano no será un camino simple. Aquellos que creen que se resolverá fácilmente y que los índices recuperarán sus valores anteriores están totalmente equivocados.
En este gráfico puede observarse claramente la caída de la bolsa de Brasil en el último tiempo, coincidiendo con el momento en el que se desataron los inconvenientes e irregularidades relacionados con el actual gobierno.