Tres palabras bastan para calificar,definir o diagnosticar la realidad económica de lo que esté sucediendo en un determinado momento. Los actores que intervengan en la escena poco importan para definir que está ocurriendo.
Entiéndanme, si hablamos de economía, tres variables componen la ecuación del análisis. Digamos que el riesgo es la diferencia entre la confianza y la realidad. Cada variable depende de la otra. Y no será posible hacer un diagnóstico creíble si desconocemos el valor de cada variable.
Hay quien utiliza otras palabras para definir las mismas variables, por ejemplo, incertidumbre, crédito y empleo. A partir de ahí, podemos hacer los mismos ejercicios para definir lo mismo pero con distintas palabras.
El problema no es si son o no las variables precisas para introducir en una ecuación que defina lo que ocurre en un periodo. El error se produce cuando diagnosticamos creyendo en unas variables dadas.Y mucho peor, cuando esas variables las hacemos propias en función del valor subjetivo de las cosas, y así erramos y erramos todos.Usted, yo y los chinos por muy listos que puedan ser los unos y los otros.
Dense cuenta que es un juego eterno sin llegar nunca a buen puerto.De ahí que los analistas siempre fallen en sus previsiones, siempre es un acierto inferior al 50%. Llámenme simplista.¡Qué horror!