El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, pronunció el viernes las palabras que los inversores ansiaban oír: el ciclo de subidas de tipos está llegando a su fin. Salvo que quizá no sea así.
En una conferencia la semana pasada, Powell explicaba que la crisis crediticia de los últimos tiempos estaba haciendo parte del trabajo duro para frenar la inflación.
"Las herramientas de estabilidad financiera ayudaron a calmar las condiciones del sector bancario", señala Powell. "La evolución en ese sector, por otra parte, está contribuyendo a ajustar las condiciones crediticias y es probable que lastre el crecimiento económico, la contratación y la inflación".
En resumen:
"Es posible que nuestros tipos de interés oficiales no tengan que subir tanto como lo habrían hecho de otro modo para alcanzar nuestros objetivos. Por supuesto, el alcance de eso es muy incierto".
Las declaraciones de Powell, para algunos observadores, reforzaron la opinión de que la Fed se dispone a pausar sus subidas de tipos en la próxima reunión de política monetaria del 14 de junio. Esta mañana, el mercado de futuros de los fondos de la Reserva Federal cree que hay un 77% de probabilidades de que el banco central mantenga el objetivo de sus tipos de interés en un rango del 5,0%-5,25%. Si es así, será la primera vez que los tipos se mantengan estables desde que la Fed empezara a subirlos en marzo de 2022.
Pero no nos apresuremos a celebrar la subida de tipos. Incluso si la previsión es correcta, no está claro que los tipos actuales de los fondos de la Fed vayan a ser el techo del ciclo, aconseja el presidente de la Fed de Minneapolis, Neel Kashkari.
Si los tipos se mantienen sin cambios el mes que viene, "eso no significa que hayamos terminado con nuestro ciclo de endurecimiento. Para mí significa que estamos recibiendo más información", declaró el lunes a la CNBC.
El presidente de la Fed de San Luis, James Bullard, no ha tranquilizado precisamente a los prudentes al recomendar ayer que hacen falta dos subidas más de los tipos este año.
"Creo que vamos a tener que subir más los tipos de interés oficiales para ejercer suficiente presión a la baja sobre la inflación", dijo ayer. "Pienso en dos subidas más este año, aunque no sé exactamente dónde, aunque a menudo he defendido que más pronto que tarde".
Las previsiones son siempre un asunto arriesgado, y en este entorno, incluso para los responsables de la Reserva Federal. Tanto más cuanto que no faltan razones para mantener la humildad a la hora de decidir qué viene después. El riesgo del techo de la deuda es una de las razones para mantener la cautela a la hora de vaticinar el futuro. Aunque el presidente Biden y el presidente McCarthy de la Cámara de Representantes mantuvieron ayer una reunión "productiva", todavía no hay acuerdo y los analistas recuerdan que ambas partes siguen muy alejadas en materia de política monetaria.
Los argumentos a favor de una pausa siguen sin ser del todo convincentes, dada la ralentización del ritmo de descenso de la inflación en los últimos tiempos. Como se informó a principios de este mes en el Chartbook de tendencias de inflación de Estados Unidos, la variación media anual de varias medidas de los precios al consumo fue plana/ligeramente superior en abril, situándose en el 4,5%. Este ritmo estable marca la primera vez desde agosto pasado que el ritmo interanual no desciende. No está claro si se trata sólo de ruido o de una nueva fase en la que la inflación se mantiene más alta de lo previsto.
No obstante, el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a 2 años habla de una pausa y de recortes de tipos. Este rendimiento de los bonos a 2 años, muy sensible a la política monetaria, se sitúa actualmente en el 4,29% (a fecha de 22 de mayo), casi un punto porcentual por debajo del actual objetivo de los tipos de los fondos de la Reserva Federal. La brecha implica que el mercado de bonos estima una alta probabilidad de que el banco central recorte pronto los tipos.
Un modelo sencillo que utiliza la inflación y el desempleo para estimar un "valor justo" para los fondos de la Fed indica que prevalece una política monetaria modestamente restrictiva.
¿Bastará la actual postura de política monetaria para mantener la inflación a un ritmo que satisfaga a la Reserva Federal?
Sí, predice Mark Zandi, economista jefe de Moody's (NYSE:MCO).
"El sistema bancario sigue sometido a mucha tensión, la economía se ralentiza, los riesgos de recesión son elevados. Si lo sumas todo, no creo que haya necesidad de subir los tipos. Ahora no", declaraba el viernes a la CNBC. "Me siento muy seguro de que la inflación va a estar más cerca del 3% a finales de año, y cerca del objetivo de la Fed para estas fechas el año que viene".