Análisis realizado al cierre del mercado estadounidense por Kathy Lien, directora general de Estrategia FX en BK Asset Management.
Septiembre ha sido un mes complicado para el dólar. El índice dólar ponderado registró su cota más alta en casi dos años, pero en términos relativos las ganancias del dólar se han limitado al yen japonés, el dólar neozelandés, el franco suizo y el euro. La libra y los dólares canadiense y australiano superaron al billete verde, ya que los ajustes de posición (cobertura corta) impulsaron esas monedas. Ha habido dos grandes acontecimientos en Estados Unidos este mes que deberían haber sido negativos para el dólar estadounidense, pero en lugar de caer, el billete verde se fortaleció a medida que los inversores descartaban un impacto duradero de los últimos acontecimientos. Para ser más específicos, aunque la Fed recortó los tipos de interés en 25 pb en septiembre, a juzgar por cómo votaron los responsables de la política monetaria y sus previsiones según el gráfico de puntos, el de septiembre podría haber sido su último recorte de tipos del año. La Cámara de Seguridad está llevando a cabo una investigación para un juicio público al presidente Trump, pero las probabilidades de que el Senado vote a favor de eliminar al presidente son de menos de un 10%. Al mismo tiempo, las economías de la eurozona, Nueva Zelanda y Japón se siguen debilitando, lo que hace que los inversores recurran a la seguridad de los dólares estadounidenses.
Todo apunta a que el Banco de la Reserva de Australia recortará esta noche los tipos de interés por tercera vez este año. La decisión será muy reñida. Según una encuesta a 32 economistas de Bloomberg, 25 creen que el banco central relajará la política monetaria y siete de ellos no esperan ningún cambio. La semana pasada, el dólar australiano se recuperó después de que el gobernador dl Banco de la Reserva de Australia, Phillip Lowe, dijera que la economía de Australia ha alcanzado un punto de inflexión suave. Le preocupa el gasto de los hogares, pero espera un repunte del PIB más discreto los próximos trimestres. Dicho esto, también cree que la fuerza y duración del repunte aún está por ver, por lo que harán “un balance de todo en octubre para decidir si es necesaria una mayor relajación". A principios de septiembre, cuando se reunió por última vez, el Banco de la Reserva de Australia dijo que los salarios estaban al alza y que las señales de un cambio en el mercado de la vivienda deberían apoyar el gasto. Desde entonces, hemos visto un deterioro significativo de la economía con la caída de las ventas minoristas, el debilitamiento de las condiciones del mercado laboral, la caída de las expectativas de inflación y el aumento de la confianza empresarial. La ralentización de la economía china se está agravando, consolidando el argumento para una mayor relajación de la política monetaria del Banco de la Reserva de Australia.
Si el Banco de la Reserva de Australia recorta los tipos de interés esta noche, el AUD/USD reaccionará cayendo como acto reflejo, pero la duración de esa caída dependerá de las previsiones. Si el banco hace hincapié en las mejoras de la economía y sus expectativas de un mayor crecimiento del PIB, el par AUD/USD podría tocar fondo rápidamente. Si mantienen inalterados los tipos de interés, veremos un repunte aún más fuerte de la divisa. La única situación en la que el AUD/USD registrará nuevos mínimos de septiembre sería si bajaran los tipos y dejaran la puerta abierta a una mayor relajación, lo cual es poco probable tras tres rondas de estímulos monetarios.
Los dólares neozelandés y canadiense también perdieron posiciones frente al billete verde con la moneda de Nueva Zelanda a la cabeza de la caída tras el descenso de la confianza empresarial. El par EUR/USD registró nuevos mínimos de dos años tras conocerse que las previsiones de crecimiento de Alemania podrían rebajarse, lo que aumenta el riesgo de una mayor relajación de la política monetaria del BCE. El yen japonés se ha visto sometido a una gran presión porque después de dos aplazamientos, se espera que el Gobierno japonés siga adelante con la subida de impuestos sobre las ventas del 8% al 10% del martes. La última subida, en 2014, hizo que la economía se contrajera un 7% y que el Banco de Japón ampliara su estímulo monetario. Para evitar correr la misma suerte, el Gobierno de Abe puso en marcha una serie de medidas para calmar la situación, pero en el contexto de un crecimiento más lento a escala mundial, el banco central podría no tener más remedio que intervenir de nuevo.