Si normalmente en la economía toda acción tiene una reacción, e implica muchos efectos colaterales, las duras medidas tomadas para contener la expansión del Covid-19 van a provocar un crecimiento de efectos colaterales de una dimensión incluso superior al factor exponencial con que se contagia este coronavirus.
Este hecho es el que genera tanta incertidumbre, incluso entre los expertos, que hace que cada día se cambien los pronósticos económicos. De la mima forma la dificultad en valorar el efecto profiláctico de las inyecciones de liquidez que están aprobando los gobiernos y las autoridades monetarias, que evite daños permanentes en la economía mundial, están generando y van a generan una gran volatilidad en los mercados.
Una de las consecuencias de esta incertidumbre la vivimos la pasada semana en la que según se asimilaban las inevitables medidas de confinamiento y detención de actividades empresariales se observó una gran avidez por la liquidez afectando no solo a la renta variable, sino principalmente a los activos de Renta fija incluida la Deuda Publica.
Esto ha ejercido una presión a la baja sobre los valores liquidativos de estos activos. Los Fondos de inversión internacionales de Renta fija vieron caer sus valores liquidativos de manera brusca sobrepasando claramente sus niveles de volatilidad histórica. Afortunadamente la intervención del Banco Central Europeo inyectando 750.000 millones para la compra de deuda pública y privada relajo la tensión sobre la deuda en Europa. Y se esperan medidas desde la Reserva Federal estadounidense que podría inyectar hasta 4 billones de dólares en apoyo de la economía de Estados Unidos según el programa que está preparando su gobierno.
A los inversores nos toca vivir en tiempos de incertidumbre. Un aspecto que no es bien asimilado pero al que conviene que nos vayamos acostumbrando. No solo con respecto a nuestras inversiones sino también en nuestra vida diaria. La forma de sobrevivir en la incertidumbre es intentar aplicar la lógica, considerar la información actual que se dispone e intentar anticipar lo que puede suceder de una manera calmada.
La información con la que contamos actualmente es que se está luchando contra una pandemia con una estrategia que se ha demostrado que ha funcionado en China. El objetivo principal es reducir el número de contagios o aplanar la curva pare evitar un colapso del sistema sanitario con un gran coste de vidas humanas.
Esta estrategia de confinamiento y limitación de movimientos genera la prácticamente paralización de la actividad económica. Esto va a suponer temporalmente un gran daño a la economía mundial con efectos colaterales importantes, pero desde todos los Gobiernos mundiales y autoridades monetarias se han tomado medidas de estímulo y fiscales nunca vistas hasta la fecha para mitigarlos. Se están eliminado los límites presupuestarios de endeudamiento en Europa, se van a inyectar fondos al entramado económico que suponen porcentajes muy altos sobre el PIB de las economías.
Los Gobiernos se plantean comprar empresas que sufren especialmente en esta situación, como las compañías aéreas. Se están orientando procesos productivos a generar suministros y equipamiento médico para la lucha directa contra esta pandemia. El plan previsto es una vuelta gradual a la normalidad una vez sea contenida esta epidemia por lo que se busca que las estructuras económicas y financieras estén operativas para cuando esto suceda.
Ante esto no podemos sino anticipar que se va a lograr superar esta situación, es una cuestión de tiempo. Las cosas volverán a una normalidad, quizás nueva normalidad. Mientras seguiremos viviendo en la incertidumbre y con alta volatilidad en los mercados financieros que serán vapuleados por las cifras diarias de contagios que de momento no se espera que se detengan. Sin embargo de una visión lógica y calmada en momentos de incertidumbre debe surgir nuestra decisión como inversores. En el futuro estas decisiones se demostrarán las más acertadas pero solo los que sean capaces de gestionar bien la incertidumbre serán los que las habrán tomado.
Para una ayuda en la toma de decisión doy dos apuntes más y una frase. Los mercados de renta variable ya han descontado una caída de valor de las empresas por encima del 30% y consecuentemente del PIB. Sin embargo las estimaciones de daño en el PIB se está estimando en el 2 o 2,50% en el total del año. Los Bancos Centrales cuentan todavía con artillería suficiente para mantener operativo el sistema financiero y como se ha visto van a hacer todo lo que sea necesario (Eurobonos, MEDE, etc…).
La frase: “La noche es más oscura justo antes de amanecer” Esta semana estará marcada por el programa de alivio económico que aprobará EE.UU y por una posible actuación fiscal conjunta de la Unión Europea. Los datos macro que conoceremos, como los PMIs, comenzarán a reflejar el deterioro en la actividad económica pero probablemente quedaran ensombrecidos por los datos de evolución de la pandemia.