(Artículo firmado por Miguel Ángel Cicuéndez y José Mataix)
“Sí... Sí puedes mantener la cabeza en su sitio cuando todos a tu alrededor la pierden”. Rudyard Kipling.
Aconsejamos la compra de Telefónica (MC:TEF) cuando la acción cotizaba por debajo de tres euros, y aunque el valor nos ha llevado la contraría durante un cierto tiempo, decidimos mantener la posición e incluso aumentarla. Muy a pesar de los fondos bajistas, por fin, el mercado ha reaccionado al amparo de la nueva vacuna desarrollada por Pfizer (NYSE:PFE), que parece poner luz al final del túnel y que ha dado el escopetazo de salida para que nuestro IBEX-35, excesivamente castigado por la situación coyuntural de nuestro país, haya reaccionado al alza con gran euforia, lo que ha permitido a nuestra operadora salir del abismo y desplegar su cotización por encima del listón de los tres euros, barrera que parecía insoslayable hace unos días.
En el caso particular de Telefónica, de acuerdo a los cálculos de valor que hemos estimado para la compañía, y que expondremos en la segunda parte de este artículo que publicaremos durante la semana en curso, este castigo “no” estaría justificado, pero parece que quienes forman parte de este negocio llamado mercado, en lugar de conducirse por expectativas de futuro, en esta ocasión, tan sólo han tenido en cuenta los resultados financieros de la operadora en el rabioso corto plazo, en un periodo complicado como el de esta pandemia, lapso temporal que siempre hemos considerado transitorio y que ahora parece encontrarse al principio de su fin.
Sin duda, el mercado se ha olvidado de incluir en su valoración uno de los pocos beneficios que nos ha aportado esta maldita pandemia: la aceleración del proceso de digitalización de nuestra sociedad, que ciertamente ha permitido recorrer en unos meses más camino que en dos lustros, comportándose irracionalmente al permanecer a espaldas de esta realidad, que aportará enorme valor a las compañías de telecomunicaciones, pues no dejan de ser las arterias y las venas que transportan estas señales digitales a los hogares, a las empresas, a las universidades o a nuestras administraciones públicas; en fin, a todo el mundo, y que, asimismo, dentro de este flujo digital, permiten recibir el retorno de esta comunicación de incalculable valor para el desarrollo de infinitas posibilidades de negocio.
Seguro que los fondos bajistas, en su gran mayoría anglosajones, criticarán el atrevimiento de apoyar a Telefónica, pero nosotros no vamos a cambiar de criterio por este hecho, principalmente ahora que empieza a entrar dinero en el mercado y que va a ser mucho más difícil ejercer presión sobre los precios si no hay argumentos sólidos para ello.
En esta batalla contra irracionalidad de los mercados nos posicionamos claramente en línea con el equipo gestor de Telefónica y, especialmente, con su presidente, que lleva recomendando la compra de “Matildes” desde que éstas cotizaban por encima de los seis euros y que no declina en su afán de poner en valor los títulos de la compañía que gobierna tras la ofensas que el mercado le ha dispensado y de las que no dudamos podrá resarcirse en los años venideros si sigue avanzando con éxito en su hoja de ruta.
Nos atrevemos a hacer este pronóstico apoyándonos en la valoración que hemos calculado para la operadora y que, como señalábamos, expondremos en la segunda parte de este artículo, valoración que, en línea con las últimas recomendaciones de Renta 4 (MC:RTA4), que fijó su precio objetivo recientemente en 5,7 euros/acción, nos ayudará a realizar un pronóstico sobre la cotización a la que debería llegar la acción de Telefónica una vez se despejen las incertidumbres que ha generado esta pandemia transitoria, o bien cuando la operadora consiga activar alguna de sus palancas de valor que también les contaremos en la segunda parte del artículo.
Entretanto, aprovechamos la ocasión para comentar el aspecto técnico que presenta nuestra operadora tras las fuertes subidas que se han producido desde que Pfizer comunicó al mercado la disponibilidad de su vacuna.
Nos gusta la señal que nos está dando el indicador acumulación/ distribución. Como decía Dow, es importante comprar en la fase de acumulación y no en la de distribución. Estamos viendo, como se observa en el gráfico que adjuntamos a continuación, divergencias alcistas de libro en el estocástico, en el RSI y en el MACD, acompañadas de señales de compra. Tras la ruptura de la directriz alcista en 2,95 euros se generó la señal de acumulación y hoy nuestro sistema ha dado señal de compra a medio plazo, que podría dirigir el precio a la zona de los 4 euros, donde se encuentra la medía simple de 200 sesiones.
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