La semana pasada resultó bajista para los mercados, manteniéndose atentos a las discusiones del precipicio fiscal y las malas cifras económicas reportadas. La principal razón que hay detrás de la decepción del mercado frente a estos datos es el huracán Sandy. Es probable que se requiera uno o dos meses más para que se disuelvan los efectos de este desastre natural en los indicadores económicos y continuemos viendo el reflejo de la actividad interna. Dentro de los índices manufactureros el más afectado fue el de Filadelfia, que registró una caída hasta los -10,7 puntos, ubicándose por debajo de lo esperado. Por otro lado, el de Nueva York (Empire State) se mantiene en zona de contracción con sus -5,2 puntos, pero por sobre lo esperado. En cuanto a las ventas minoristas, hubo caídas en octubre que alcanzaron el 0,3%, sin superar las expectativas del mercado. Estas estuvieron influenciadas por la menor venta de vehículos, ya que al excluirlas el índice no mostró variaciones.
El precio de los combustibles ayudó a que se contuviera la inflación medida por el IPC, ya que subió 0,1% mensual (2,2% a/a), en línea con lo esperado. Sin embargo su subyacente aumentó 0,2%, por sobre lo esperado (2,0% a/a). Por último, la Reserva Federal estaría buscando otra forma de comunicar sus objetivos, pasando de hitos calendarios a hitos relacionados con cifras económicas, pero la discusión recién comienza. También se habló de la duración de las medidas de relajamiento cuantitativo ya en diciembre termina la “Operación Twist”.
El Eurogrupo tuvo una nueva reunión durante la semana pasada en donde se discutió la nueva ayuda a Grecia, la cual se necesita para cubrir el pago de la deuda que se avecina. Se logró acuerdo en continuar ayudando y en darle un par de años más para que cumpla su meta de reducción de déficit. A pesar de aquello, se acordó una nueva reunión para continuar con las discusiones, la cual se llevará a cabo el 20 de noviembre. Por otro lado, se conoció la cifra de crecimiento de los países de la zona euro, la que en conjunto entró en recesión tras marcar una contracción de 0,1% en el tercer trimestre, mientras que el segundo retrocedió 0,2%. Por último, el sentimiento alemán de la economía retrocedió a -15,7 puntos, sin superar lo esperado. Esto aumenta la percepción negativa que hay en Alemania para los próximos seis meses.