Después de un año de negociaciones tensas y extremadamente públicas, México, Canadá y Estados Unidos llegaron a un acuerdo para modernizar el TLCAN. Con más de 1800 páginas, el USMCA (también conocido como Acuerdo de EE.UU., México y Canadá) es un documento desalentador. Los detalles y las consecuencias siguen siendo inciertos (las evaluaciones iniciales dicen que EE.UU. han mejorado en algunas áreas, pero se han debilitado en otras). Sin embargo, los resultados principales son positivos.
Sí, las demandas de EE.UU. que antes se consideraban "no negociables" se rediseñaron, pero EE.UU. pudieron mantener los aranceles sobre el acero y el aluminio y agregaron los aranceles agrícolas, mientras que Canadá y México pudieron obtener cobertura de los aranceles sobre los automóviles. Si bien los detalles podrían terminar dañando sectores específicos de cada país, el resultado general debería ser positivo para Canadá y México. En primer lugar, el acuerdo elimina un enorme riesgo de incertidumbre. En segundo lugar, después de un período de tensiones comerciales extremas, los vecinos de EE.UU. ahora han obtenido derechos comerciales claros. Esta es una gran ventaja para la cadena de suministro global.
El MXN (peso mexicano) debería estabilizarse aún más y sobre todo superar a sus pares de América Latina. El USMCA permitirá que empresas estadounidenses y domiciliadas en el exterior se "oculten" en México y esto sugiere que el MXN debería beneficiarse de las escaladas de la guerra comercial de EE.UU. pero también del apetito de riesgo externo. Además, los altos rendimientos atraerán naturalmente a los inversores. Finalmente, la incertidumbre política se está desvaneciendo después de las incómodas elecciones presidenciales mexicanas. Por otro lado, el comercio del USD está en soporte vital. La trayectoria de las tasas de la Fed ya está ampliamente descontada y se avecina una tormenta política en forma de las elecciones de medio término en EE.UU.