Los principales índices de los mercados de valores europeo cerraron ayer de forma mixta y sin grandes cambios, en una jornada en la que los inversores se centraron en los resultados empresariales, sin apartar la “mirada” de lo que los bancos centrales tenían que decir sobre la evolución reciente de la inflación. En esta ocasión los inversores sí fueron selectivos, “premiando” a las compañías que presentaron buenos resultados y “castigando”, por el contrario, a las que no alcanzaron las expectativas de los analistas.
Así, el mercado recibió de forma positiva las cifras de bancos como el holandés ING Groep (AS:INGA) o el español CaixaBank (MC:CABK), así como los de la petrolera Royal Dutch Shell (LON:RDSb) –en este caso a pesar de que la compañía tuvo uno de los peores trimestres de su historia debido a los bajos precios del crudo-, mientras castigó con dureza al Deutsche Bank (DE:DBKGn) –sus acciones perdieron en la sesión algo más del 5%-. Igualmente, no gustaron los de la automovilística Daimler (DE:DAIGn), a pesar de ser bastante buenos, al no alcanzar lo esperado por los analistas.
En esta ocasión, y durante gran parte de la sesión, los inversores optaron por favorecer a los activos más defensivos, algunos de los cuales, como los bonos soberanos y las acciones de las utilidades, han sido duramente castigados recientemente. Entendemos que detrás de esta “nueva” apuesta está el hecho de que los bancos centrales, concretamente el Banco de Inglaterra (BoE) –ayer su Comité de Política Monetaria dejó sin cambios los tipos de interés de referencia y su programa de compra de activos en los mercados secundarios, tal y como esperábamos- y el Banco Central Europeo (BCE), restarán importancia al repunte reciente de la inflación, calificándolo de coyuntural.
El hecho de que a pesar del fuerte incremento de los precios en el Reino Unido, el BoE no mostrara ninguna intención de subir sus tipos en el corto plazo, incluso tras haber revisado al alza sus expectativas de crecimiento para esta economía en 2017 y 2018, y las declaraciones del gobernador, Carney, “quitando hierro” al repunte de la inflación, sirven para ilustrar nuestro razonamiento. También lo hace el hecho de que el BCE, en su boletín mensual, califique el incremento de la inflación en la región de temporal, achacándolo básicamente a la subida de los precios del crudo y a su comparativa interanual.
Señalar, por otra parte, que la “no actuación” del BoE tuvo una segunda derivada, que se dejó notar en los mercados de divisas, que ayer también fueron protagonistas. Así, la libra esterlina cayó con fuerza tras conocerse que el BoE no tenía intención de contrarrestar la subida de los precios en el Reino Unido –en este país también la caída de la divisa desde el brexit ha impulsado los precios al alza vía importaciones-, lo que dio un respiro al dólar estadounidense, muy presionado últimamente por la aparente intención de la nueva Administración estadounidense de debilitarlo.
Por lo demás, y en lo que hace referencia a Wall Street, decir que la sesión fue de transición, con la atención de los inversores, al igual que en Europa, centrada en la batería de resultados empresariales que se conocieron durante la jornada, entre los que hubo un poco de todo –tras el cierre del mercado Amazon.com (NASDAQ:AMZN) defraudó, al no alcanzar el incremento de ventas previsto por los analistas, lo que ha provocado una fuerte caída, del 4%, de sus acciones en operaciones fuera de hora-. Al cierre, los tres principales índices de este mercado, el Dow Jones, el S&P 500 y el Nasdaq Composite, acabaron prácticamente planos.
Hoy la atención de los mercados girará hacia la macroeconomía, en una sesión en la que la publicación en Europa y EE.UU. de los índices adelantados de actividad de los sectores de servicios, correspondientes al mes de enero, y los datos de empleo estadounidense del mismo mes serán los principales protagonistas, determinando probablemente la tendencia de cierre semanal de las bolsas occidentales.
En el ámbito empresarial, cabe destacar la publicación de los resultados trimestrales/anuales del Banco Popular (MC:POP), que han quedado muy por debajo de lo esperado, ya que la entidad ha aprovechado el último trimestre del año para intentar “sanear” todo lo posible su balance.
El “fantasma” de una nueva ampliación de capital creemos que está más cerca, dada las fuertes pérdidas contabilizadas en el ejercicio 2016 por el banco. Habrá que ver cómo reaccionan las acciones de la entidad ante este no tan “nuevo” escenario que debería, al menos en gran medida, estar ya descontado en el precio de las acciones.