Si el chartismo fuera una ciencia, ni usted perdería dinero en el mercado ni yo escribiría semenjantes palabras.
Ahora que parece, o al menos es la sensación que tengo, que la cultura financiera comienza a calar en la sociedad para mostrar cuán importante y cuánto representa sobre nuestras vidas, vienen los gurús, expertos o como quiera que se llamen ahora, y entre ellos discrepan sobre nuestro futuro. Algo así como discrepar qué es mejor para un niño, si el tabaco o el alcohol.
"Los mercados lo han descontado" es el titular más "cool" cuando no hay chartismo que lo aguante. Era por ir al grano y que todos nos entendamos.
El Ibex se ha ido despeñando por una montaña sin que nadie supiera decir dónde y cuándo acabaría su desgracia. Mientras todo esto ocurría, salían a la palestra unos cuantos analistas o traders o como quiera que se llamen, curando las heridas mientras el selectivo español seguía desarmándose vivo.
Hoy ha salido Draghi, algo así como Dios en el mercado europeo. Posee poderes que nadie tiene, o al menos estos le son otorgados por otros que nadie sabe quienes son.
Todo esto es tan complicado, que todos los actores partícipes de esta gran obra viven en si mismos este mundo loco de una forma cómoda pisando moqueta. Que trabajen otros, que ya si eso pues decimos eso de la teoría del Dow Jones, o las Ondas de Elliot o algún estocástico que nadie entiende. Pero lo más recurrente es esa frase solo equiparable con la fe religiosa, "el mercado lo ha descontado". Algo así como decir Dios existe, pero nadie sabe donde vive.
Aún así, el ser humano seguirá acumulando riqueza y dilapidándola, la propia y la ajena, directa o indirectamente. Así funcionan los mercados,nadie sabe quien los provoca y todos renuncian a ellos pero estos bailan al son de todos porque todos somos el mercado, incluso para el pobre ignorante que no pudo saber más de lo que sabe sin que él sepa que pudo haber sabido tanto como el analista este que dice tanto saber sin que el ignorante no entienda lo que dice.
A quién le importa si todo sube y todo baja al fin y al cabo.