Hablo con Juan M, analista financiero: "El mundo de las Finanzas y de la Bolsa circula a velocidad de la luz. Estamos estudiando un nuevo fenómeno y cuando nos enteramos un poco ya es viejo, porque ha surgido uno nuevo. Si desconoces este nuevo producto te ponen de patitas en la calle. Por ejemplo ¿Has oído hablar del Blockchain (o cadena de bloques)? Es una tecnología que hace tres años hizo posible el funcionamiento del bitcoin. Simplificando, se trata de una base de datos descentralizada que almacena información cifrada, que permite replicar en tiempo real los datos almacenados en una cadena de bloques. Expertos de Fidelity International han detectado un flujo masivo de inversiones del capital riesgo en este sector. “Irónicamente, si se tiene en cuenta que la tecnología de bloques nació como una alternativa contra el sistema, algunos de los mayores inversores en este ámbito son ahora los grandes bancos, que han formado un consorcio internacional (R3), integrado ya por 42 entidades, para fomentar el desarrollo de esta tecnología”, detallan. Según algunas estimaciones, en 2019 se podrían alcanzar hasta 400 millones de dólares de inversión total de los mercados capitales en esta tecnología. Desde Fidelity International aportan más detalles sobre el funcionamiento la arquitectura de la cadena de bloques para poder comprender mejor su poder revolucionario:
“Actualmente, las bases de datos están descentralizadas lógicamente y centralizadas físicamente. Las empresas mantienen bases de datos físicamente diferenciadas, protegidas por un perímetro de seguridad de red, pero la información que almacenan no está cifrada. Los servidores son independientes, lo que significa que cuando comparten información (para procesar operaciones financieras, por ejemplo) deben verificar la información de forma independiente. La conciliación de diferentes conjuntos de los mismos datos supone anualmente unos costes de decenas de miles de millones de dólares en el sector mundial de los servicios financieros”.
Por el contrario, en una cadena de bloques esa información está centralizada desde el punto de vista lógico y descentralizada desde el punto de vista físico. Se puede acceder a la información en un registro central a través de múltiples nodos. El acceso a los datos se produce de forma más o menos instantánea y se pueden replicar en tiempo real. Además, dicha información está cifrada, es decir, que está protegida por mecanismos matemáticos que hacen que sea imposible piratear el registro de propiedad y transacciones. Las cadenas de bloques pueden ser públicas, como ocurre con el bitcoin, o privadas. A estas últimas se accede vía permisos restringidos.
“La negociación de muchos títulos se basa todavía en sistemas anticuados de contratos negociados entre compradores y vendedores. Por ejemplo, todavía se tardan casi 20 días en liquidar operaciones con préstamos sindicados”, comentan desde Fidelity. Este retraso genera para la industria un coste total por compensación, liquidación y gestión asociado a operaciones de entre 65.000 y 80.000 millones de dólares al año. Por ello, expertos de la firma indican que “el uso de redes descentralizadas para los pagos y las liquidaciones podría ayudar a los bancos a ahorrar miles de millones de dólares al año (entre 15.000 y 20.000 millones al año a partir de 2022, según el Santander (MC:SAN)) mejorando y externalizando los procesos administrativos de liquidación lentos e ineficientes”. En los gráficos adjuntos se pueden encontrar sugerencias sobre los tipos de actividades financieras que podrían beneficiarse del uso de blockchain.
En los próximos 18-24 meses podrían surgir empresas especializadas en la tecnología de cadena de bloques en otras industrias. En lo que atañe a la modernización del intercambio de datos en los mercados de capitales en Fidelity no son tan optimistas, pues aventuran un plazo realista sería superior a diez años en todo caso. La manera de acelerar el progreso podría venir de un mayor esfuerzo de promoción por parte de las autoridades, “habida cuenta del interés de estas en contar con infraestructuras de mercado que reduzcan los costes para los consumidores y mitiguen los riesgos operativos y sistémicos”. La recomendación que efectúan desde Fidelity a los inversores que quieran beneficiarse de esta revolución es que tengan en cuenta estos plazos para buscar oportunidades de inversión.
Por el momento, en la firma aportan un par de ejemplos de compañías punteras en el uso de la cadena de bloques: BitProof es un notario en línea que ofrece certificaciones para propiedad intelectual y otros activos digitales, mientras que Otonomos permite a los usuarios crear empresas abriendo una cartera de acciones digitales que posteriormente se pueden transferir entre particulares.
Aspectos positivos y negativos
En el lado positivo, en Fidelity opinan que “el desarrollo exitoso de la cadena de bloques podría mejorar la rentabilidad empresarial en todo el sector financiero y tener un efecto beneficioso para los consumidores en forma de precios más bajos en productos financieros de gran difusión”.También especulan con otras posibles ramificaciones del uso de este tipo de registros, como por ejemplo su aplicación a la distribución, el comercio electrónico, los medios de comunicación o la industria musical.
En el lado negativo, la firma considera que “la capacidad de las redes de comunicación probablemente sea un problema para los desarrolladores de cadenas de bloques”. No creen que pueda ser comparable al funcionamiento del bitcoin: “Aunque la negociación y liquidación de valores mediante este tipo de registro es posible, la complejidad resultante, aunque admitiría millones de participantes más, requeriría un salto considerable en la capacidad de las redes”. Para hacerse una idea, explican que Visa (NYSE:V) procesa un promedio de unas 2.000 transacciones por segundo (tps), mientras que la red del bitcoin está limitada a 7 tps debido al límite de 1 MB en el tamaño de los bloques.
Tampoco se deben ignorar los costes transaccionales: “Actualmente se está debatiendo en la comunidad del bitcoin si esta moneda debería tener un mayor peso como instrumento de cambio, con la consiguiente necesidad de aumentar el volumen de transacciones, o dejarla como lo que es: un activo ultraseguro y escaso, con una utilidad bastante limitada como instrumento de cambio. Aumentar la escala de la red y añadir diferentes activos a la mezcla podría conllevar nuevos e importantes costes y complejidades”, resumen.
La conclusión provisional a la que llegan en la gestora es que, “aunque los grandes bancos y las cámaras de compensación parecen estar dando la bienvenida a la cadena de bloques, podría tratarse de una medida defensiva concebida para contener una amenaza competitiva, más que una adopción entusiasta del concepto”.