En esta época de hambruna dineraria generalizada vuelven los magos y las meigas, los vendedores de crecepelo, los tahúres, los sabios y los listos, los listillos de la clase. En esta época de desconcierto en la que nada es lo que parece, muchos adoran el becerro de oro de la Bolsa y, lo que es peor, pregonan a padres, hermanos, amigos y conocidos que se puede vivir muy bien, no bien, sino muy bien de la especulación intradía en Bolsa. Antes me sonrojaba, ahorra me rió a mandíbula batiente. En enero les conté en LACARTA un hecho dramático, espeluznante:
"La Bolsa me expulsó hace tiempo de su ruleta particular. El ansia de mover fichas y más fichas, como en el Casino, con las que mejorar el corretaje para mi sociedad me abocó a la ruina. Lo peor es que en mi carrera alocada atropellé a muchos clientes, a los que hice perder sumas millonarias. La sociedad de Bolsa en la que trabaja me despidió sin un duro, claro está, y negoció con los clientes a los que desplumé...
... Desde entonces, mi camino es el mismo: el psiquiatra. Aún conservo impulsos de ludópata. Estoy en tratamiento. Llevo ya muchos años con esta historia. Mi psiquiatra dice que es un drogodependencia más y que afecta a muchos operadores de Bolsa, commodities y otros mercaderías tanto dentro como fuera de España. Con todo y pese a todo, sigo el debate, otra vez abierto, sobre las excelencias de las operaciones a corto plazo, los famosos intradía, y las que consideran lo contrario, es decir, comprar y sentarse en el valor. Conozco a gente que ha hecho fortunas con ambas estrategias. También, a inversores que se han arruinado de una y otra manera de proceder ¿conoces algo bueno y serio publicado sobre este asunto? ", me pregunta E.L un ex operador de la Bolsa española.
Le recomendé: ¿Otro lunes negro? Adáptese y diversifique
Estrada, Javier
Editor: Euromoney; Institutional Investor Inc.
Documento original: Black Swans and Market Timing
Año: 2008
Idioma: Inglés
Nota: El artículo completo fue publicado en The Journal of Investing, Vol. 17, No 3, Fall 2008, páginas 20 -34
Lo que parece imposible no lo es. Durante siglos se creyó que los cisnes sólo podían ser blancos, hasta que un buen día fue avistado un cisne negro. El término ha evolucionado y ahora hace referencia a un acontecimiento atípico y de gran impacto que solamente cobra sentido después de producirse. Para descubrir que los cisnes negros existen en el mundo de las finanzas, basta con echar un vistazo a los terribles lunes negros.
Pongamos por caso el índice Dow Jones Industrial Average. En 91 años, desde su creación en 1896 hasta principios de otoño de 1987, el Dow Jones sólo cayó más del 10% en un día en dos ocasiones, y ambas se produjeron durante el tremendo crac bursátil de 1929. Nada en la historia del Dow Jones apuntaba la posibilidad de que pudiera desplomarse como lo hizo el 19 de octubre de 1987, cuando lo inesperado y lo inconcebible concurrieron: el índice se hundió un 22,6% e hizo estragos en las carteras de los inversores. Las ganancias de 201 días se volatilizaron en un solo día. Ese lunes negro, un acontecimiento atípico, se consideró un cisne negro. Tres son sus características:
En primer lugar es un hecho atípico, lo que quiere decir que está ubicado fuera del ámbito de las expectativas normales, ya que ningún dato anterior apunta que vaya a producirse.
Segundo, su impacto es extremo.
Y tercero, a pesar de ser un hecho atípico, pueden hallarse explicaciones plausibles una vez se ha producido, por lo que da la impresión de que pueda ser explicable y predecible.
En resumen, un cisne negro se caracteriza por su singularidad, su impacto extremo y su previsibilidad retrospectiva.
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Y diez meses después, la La CNMV advierte de que el 75% de los inversores en CFD pierde dinero
La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha advertido de que el 75% de los inversores en contratos financieros por diferencias (CFD) pierde dinero, según se extrae de un análisis realizado por el supervisor.
El análisis se basa en los resultados individuales obtenidos durante casi dos años (desde el 1 de enero de 2012 hasta el 31 de octubre de 2013) por los 8.000 clientes de las entidades más activas en la comercialización de este producto complejo, con una cuota de mercado superior al 85%.
En concreto, la pérdida media por inversor en las empresas analizadas asciende a 3.300 euros, siendo de más de 5.000 euros de media por inversor en alguna entidad y llegando a ser en algunos casos concretos superior al millón de euros.
Los CFD son productos complejos que se caracterizan por su elevado riesgo y cuyas pérdidas pueden superar lo invertido debido al efecto multiplicador que produce su apalancamiento. Este producto requiere un seguimiento constante ante su elevada volatilidad.
La CNMV ha decidido desarrollar este análisis ante la proliferación en los últimos años de entidades y plataformas en Internet que se han centrado en la comercialización de este producto complejo y arriesgado entre inversores minoristas.
Según el organismo liderado por Elvira Rodríguez, estas empresas realizan campañas de publicidad en las que se suelen primar los aspectos positivos del producto frente a la información sobre el carácter complejo de un instrumento que no es adecuado para todos los inversores.
CORREGIR PUBLICIDAD PARA PROTEGER AL INVERSOR
Así pues, la CNMV ha instado a estas entidades a corregir los "defectos observados" y adaptando dichos anuncios a los principios de la normativa de defensa del inversor.
La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) ya realizó en 2013 una advertencia sobre los CFD dirigida a los inversores que también fue difundida por la CNMV. En dicha advertencia se destacaba que los inversores únicamente deben considerar la inversión en CFD si cuentan con una experiencia amplia en mercados volátiles, comprenden "plenamente" cómo funciona el producto y disponen de tiempo suficiente para gestionar su inversión.