Todo apunta a que mañana el Gobierno japonés anunciará tanto el aplazamiento en la subida de impuestos prevista en un año como un nuevo paquete fiscal de hasta 10 tr. JPY. Sin duda, decisiones coherentes con la preocupación mostrada en el último G7 de una repetición de la Gran Crisis. Pero, de forma paralela, una huida hacia adelante en el proceso de estímulos de la demanda a corto plazo que pueden generar más incertidumbre a medio y largo plazo sobre la consolidación fiscal.
Comprar tiempo... de hecho, esta es la clave que repiten los bancos centrales a la hora de defender medidas monetarias llevadas al límite a corto plazo. Pero, ¿y el medio/largo plazo? Nadie dice nada.
Si acaso, en EE.UU. la Fed alguna vez ha comentado que dejará que vaya venciendo su cartera de papel para ir normalizando el balance. Pero, por el momento, todo lo que vence más los intereses son reinvertidos en nuevo papel.
Muchos economistas, con el presidente del Buba a la cabeza, han cuestionado las medidas tomadas. Mejor, no las han cuestionado a corto plazo pero sí han pedido que haya disciplina al retirarlas. Pero, ¿sobre qué base? El tiempo pasa muy rápido y con él la necesidad de volver a la normalidad. La cuestión entonces es clara: ¿es esta la nueva normalidad a que nos debemos acostumbrar?
Pensemos de nuevo en la Fed: siete años tras superar la Crisis, más de cinco en la fase alcista del ciclo económico y aún no ve el momento de subir los tipos. De hecho, para muchos se nos antoja que la subida de tipos ahora, forzada, podría ser simplemente la forma de dotarse de instrumentos para combatir una potencial futura desaceleración económica. Dicho esto, la duración del ciclo económico de EE.UU. promete ser muy larga beneficiada por factores excepcionales como la caída de los precios externos y/o por la propia política monetaria expansiva. No es extraño que la Fed de forma reciente haya pedido más medidas estructurales para aumentar el crecimiento potencial a medio plazo.
Sí, ¿dónde acaban las medidas de estímulo artificial de la demanda?
Mejor dicho, ¿cuándo empezarán las medidas de oferta?