Los mercados de materias primas vuelven a centrar la atención en los mercados externos que están arrastrando los precios a la baja.

El petróleo se recupera de los niveles por debajo de 50 dólares que no veíamos desde mayo del 2005. El crudo subió por primera vez en seis días por los rumores sobre medidas encaminadas a la reactivación de las economías que se reflejarían en nuevas bajadas de tipos, al mismo tiempo crece la posibilidad de una reducción de la producción por parte de la OPEP y las previsiones meteorológicas para el invierno en EEUU apuntan a una mayor necesidad de energía.

El cobre y el Aluminio avanzan posiciones por las expectativas de cierres de minas por la viabilidad de las mismas dados los bajos precios en el mercado, este factor haría que se ajustase la oferta en un mercado que en estos momentos se encuentra sobreabastecido.

El oro avanzó en el mercado de Londres animado por el retroceso del dólar frente al euro y el avance del petroleo, ofreciendo en estos momentos una inversión segura y haciendo de cobertura frente a la inflación.

En lo que se refiere a las soft commodities los precios de los granos en el mercado de Chicago volvieron a caer fuerte ayer, arrastrados una vez más por el petroleo, que perforó la barrera de los 50 dólares y acumuló una pérdida del 63% desde el pasado 11 de julio, cuando llegó a cotizar a 147.27 dólares. La relación que se forjo entre el crudo y los granos gruesos (maiz y soja) desde la aparición de los agrocombustibles, sobre todo cuando el barril se proyectaba rumbo a los 200 dólares, es hoy un lastre difícil de sobrellevar para las materias primas agrícolas. Cada fábrica de etanol que cierra, presionada por la falta de rentabilidad y la imposiblidad de afrontar los prestamos tomados para levantar o ampliar plantas, implica un menor uso de maíz en los EEUU y el potencial de aumentar las existencias finales.