París, 30 sep (EFE).- Los presidentes de EADS, Tom Enders, y BAE Systems, Ian King, que se encuentran en proceso de fusión para crear el líder mundial de la aeronáutica, afirmaron que no quieren accionistas públicos en el nuevo grupo, aunque reconocieron que hay que mantener el poder de los Estados en la toma de decisiones.
En una tribuna conjunta publicada en la web del diario francés "Le Monde", los responsables del consorcio europeo y del grupo británico dejan entrever que rechazan la entrada de Alemania en el capital, en contra de los planes que, según la prensa germana, tiene Berlín.
"Proponemos sustituir los acuerdos entre accionistas que en la actualidad dan a Daimler, Lagardère y el Estado francés un control conjunto de EADS", indican los dirigentes.
A cambio, proponen "crear una empresa cuyas estructuras de gobierno le permitieran operar normalmente en el mercado y que confiera los mismos derechos a todos los accionistas, sea cual sea su talla".
En la actualidad, esos tres accionistas, prioritarios en EADS, tienen capacidad de bloqueo sobre todas las decisiones.
El pacto que estudian los dos grupos para su fusión prevé otorgar a Alemania, Francia y Reino Unido una acción especial que bloquee la entrada de cualquier accionista más allá del 15 % del capital.
De esta forma, los dos dirigentes consideran que se preservan los intereses estatales en un sector estratégico como el de la aeronáutica y la defensa.
Enders y King indican que también se respetan los intereses de Estados Unidos, país con el que, en particular BAE Systems, tiene firmados numerosos contratos en el campo de la defensa.
Los dirigentes de los dos grupos insisten en la importancia de la fusión que "constituiría la mejor oportunidad estratégica" para ambas empresas.
"La razón que sustenta esta operación es el crecimiento y no las restricciones. BAE Systems y EADS operan en mercados complementarios. Es evidente que cuando dos empresas de la talla de las nuestras se acercan, se pueden lograr ahorros gracias a una ganancia de eficacia", indican.
Pero añaden que "los mayores beneficios surgirán de nuestra capacidad a explotar nuevas oportunidades comerciales".
"Estos aspectos sólo pueden ser favorables para el empleo y la prosperidad económica a largo plazo. Eso significaría igualmente que nuestras actividades principales puedan mantenerse en punta del desarrollo tecnológico", agregan. EFE