Declaraciones del actor Mario Casas, que se enfrenta al reto de conseguir credibilidad con un acento sevillano, algo que fue para él algo "atractivo" porque suponía "salir de la zona de confort", jugársela y pasárselo bien, y de la actriz Natalia Molina, que da vida a la esposa de Casas en la ficción, y tenía como misión conseguir notar que a su personaje le ha pasado "la vida por encima".