París, 10 nov (EFE).- El Tesoro francés va a emitir 4.500 millones de euros de deuda pública para saldar los últimos pagos del salvamento de la quiebra del banco Crédit Lyonnais, que en total habrá costado 14.700 millones de dinero público.
El Ministerio de Hacienda confirmó una información publicada hoy por "Le Parisien", según la cual el Gobierno presentará el próximo miércoles en Consejo de Ministros un artículo para rectificar el presupuesto de este año.
Ese artículo debe permitir a la Agencia Francia Tesoro lanzar una emisión de títulos destinados al reembolso de las últimas deudas generadas por la operación con la que a partir de 1993 se evitó la quiebra de Crédit Lyonnais.
Con esa enmienda, si es aprobada por el Parlamento, se pondrá fin al aspecto puramente económico del que ha sido uno de los mayores escándalos político-financieros del último tercio de siglo en Francia, aunque todavía va a seguir coleando la dimensión judicial.
El Tribunal de Cuentas llevaba años avisando a los sucesivos gobiernos de que había que amortizar esos 4.500 millones de euros antes del plazo límite, que es 2014.
Lo hizo en 2010 con el anterior Ejecutivo del primer ministro conservador, François Fillon, que sin embargo no lo consideró prioritario, según "Le Parisien" porque eso hubiera agravado su cuenta del déficit público.
Crédit Lyonnais fue nacionalizado en 1982, como otros bancos, por el Gobierno del entonces presidente socialista François Mitterrand, y desde la segunda parte de esa década sus responsables se embarcaron en una carrera frenética que iba mucho más allá del habitual negocio bancario, con la adquisición de participaciones industriales y de bienes inmobiliarios.
Llegó a tener capital de 1.500 empresas y una cartera inmobiliaria de 15.000 millones de euros. Esta última fue la que marcó un giro brutal en su estrella con el estallido de una burbuja especulativa y el hundimiento de ese mercado en 1992.
La entidad financiera entró en números rojos ese mismo ejercicio y el siguiente, en 1993, llegó a perder el equivalente 1.430 millones de euros, que lo dejaron al borde de la quiebra. El Estado tuvo que salvarlo para evitar un contagio de todo el sistema financiero francés e incluso internacional.
El Gobierno del entonces primer ministro, el conservador Edouard Balladur, ordenó su desmantelamiento a través del Consorcio de Realizaciones (CDR), un organismo estatal que hizo las veces de "banco malo" al concentrar los activos menos rentables.
El proceso de separación de la entidad financiera (rebautizada en 2005 por sus siglas LCL, dos años después de ser comprado por Crédit Agricole) estuvo salpicado de escándalos políticos y financieros, uno de los cuales se sigue arrastrando con el empresario y exministro socialista Bernard Tapie.
Tapie, que vendió en 1992 Adidas a Crédit Lyonnais, antes de revenderlo en 1994 por más del doble, se querelló contra el banco por sentirse engañado y la justicia le dio inicialmente la razón.
Como los litigios legales se prolongaban, a finales de 2007 Tapie y la entonces ministra de Finanzas, Christine Lagarde, acordaron que fuera un dispositivo arbitral privado el que dirimiera el contencioso.
El dictamen, un año después, fue favorable al empresario, que condenó al CDR a pagarle 403 millones de euros.
Los jueces, sin embargo, sospechan que ese procedimiento arbitral estuvo amañado en favor de Tapie y están investigando si hubo complicidades políticas.
La noticia de esta futura emisión del Tesoro, que agravará la deuda francesa, se conoció dos días después de que la agencia de calificación Standard and Poor's bajara por segunda vez en menos de dos años, hasta "AA", su nota, al estimar que las perspectivas de crecimiento son débiles y que el margen de maniobra del Gobierno es estrecho para combatir los números rojos de las cuentas públicas. EFE