Madrid, 24 jun (.).- Bank of America (NYSE:BAC) prevé que el precio del oro podría alcanzar los 3.000 dólares por onza entre los próximos doce o dieciocho meses, con las compras por parte de los bancos centrales como uno de los factores determinantes.
Actualmente, el precio del oro cotiza por encima de los 2.300 dólares, lejos del máximo histórico de 2.450,07 dólares alcanzado el pasado 20 de mayo.
En un informe publicado este lunes, Bank of America considera que el oro puede alcanzar esa cota de los 3.000 dólares por onza en los próximos doce-dieciocho meses, aunque tal y como reconoce, actualmente, sus flujos no justificarían ese nivel.
Para lograrlo, argumenta el informe, sería necesario que la demanda no comercial repuntara desde los niveles actuales, lo que a su vez requeriría un recorte de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed).
Añade que las compras de oro por parte de los bancos centrales también son importantes, y en este sentido, recuerda que la última encuesta del Consejo Mundial del Oro confirma que las autoridades monetarias están dispuestas a aumentar las compras de este activo.
En este sentido, el informe recuerda que el oro es un activo que "resulta atractivo por ser un depósito de valor a largo plazo, y una cobertura frente a la inflación por su rendimiento en tiempos de crisis, por la eficacia de su diversificación de carteras y por la ausencia de riesgo de impago".
Indica que aunque las motivaciones de los bancos centrales para poseer oro pueden variar, tienden a tener algo en común, que es que la proporción de dólares en las carteras ha ido disminuyendo.
De hecho, las tenencias chinas de bonos del Tesoro de EE.UU. se redujeron en 102.000 millones de dólares (unos 95.000 millones de euros) en los últimos doce meses, mientras que las tenencias de oro aumentaron en ocho millones de onzas, equivalentes a 51.000 millones de dólares (unos 47.500 millones de euros), desde enero de 2023.
Asimismo, Schroders (LON:SDR) también ha publicado este lunes otro informe del oro en el que asegura que los cambios en las tendencias geopolíticas y fiscales preparan el terreno para una demanda sostenida del metal precioso.
Manifiesta que las ventas casi ininterrumpidas de oro que acometieron los inversores occidentales durante 2023 y 2024, se vieron sorprendidas por las compras de los bancos centrales, los inversores y los hogares en Oriente.
"Esa dinámica cambiante ha estado liderada por China, pero no ha sido sólo una realidad de este país; también se han producido aumentos de la demanda en Oriente Medio y en otros lugares", añade el informe.
Al respecto, explica que el endurecimiento de la tensión entre Estados Unidos y China, y las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania en 2022, impulsaron las compras récord de oro por parte de los bancos centrales como activo monetario de reserva.
Calcula que unas 1.000 toneladas de oro fueron adquiridas por los bancos centrales en 2022 y 2023, un ritmo que continuó en el primer trimestre de 2024.
En este sentido, Schroders cree que el mercado del oro "no es lo bastante grande como para absorber un movimiento tan sostenido sin que suban mucho los precios, sobre todo si otros actores mundiales también intentan entrar más o menos al mismo tiempo", concluye.