Andrés Sánchez Braun
Tokio, 30 dic (EFE).- La Bolsa de Tokio vivió nuevamente en 2013 un lapso eufórico en el que logró su mayor avance anual acumulado en más de 40 años, merced a un yen que ha seguido depreciándose tras la activación del plan de reforma económica del primer ministro nipón, Shinzo Abe.
Los analistas estiman que la estrategia, conocida popularmente como "Abenomics", mantendrá este año su apuesta por una flexibilización monetaria potente, lo que promete depreciar aún más la divisa nipona y mantener el impulso al alza del parqué tokiota en 2014.
El índice referencial Nikkei cerró el año en 16.291,31 unidades, lo que supone su máximo nivel en seis años y constituye un espectacular avance acumulado del 56,7 por ciento desde la primera negociación de 2013.
Esto supone la mayor subida anual del selectivo tokiota desde 1972.
Este año el yen se ha depreciado con respecto a divisas de referencia como el dólar y el euro un 22 y un 26 por ciento, respectivamente, lo que implica mayores beneficios para los grandes valores exportadores japoneses.
Un yen barato no solo incrementa la competitividad de estos grandes grupos sino que engorda sus beneficios al repatriarlos y transformarlos en yenes.
El caso de Toyota Motor ilustra a la perfección la situación, ya que, tal y como han explicado los responsables del fabricante de vehículos, con cada unidad que la moneda japonesa se abarata frente al dólar, la empresa se embolsa unos 40.000 millones de yenes (unos 276 millones de euros) más.
Ante la tendencia a la baja del yen, Toyota incrementó el pasado noviembre sus previsiones de beneficio en un 13 por ciento, estimando que el tipo de cambio medio en los próximos meses será de 97 unidades por dólar (por debajo de los 105 en los que se mueve ahora el billete verde estadounidense).
La activación del programa de compra masiva de activos por parte del Banco de Japón (BOJ), uno de los tres pilares que componen el "Abenomics", ha sido fundamental para mantener la caída del yen.
El plan flexibilizador fue estrenado en abril y tiene como objetivo duplicar la base monetaria nipona de aquí a 2015 y lograr terminar para entonces con el ciclo deflacionario que ha sufrido la tercera economía del mundo en los últimos 15 años.
Los analistas también han destacado el creciente papel que han jugado en la subida del Nikkei los inversores no japoneses en la plaza tokiota, donde en 2013 adquirieron activos valorados en un volumen récord de 14,6 billones de yenes (100.839 millones de euros).
Con respecto a 2014, los inversores ven en la subida del impuesto sobre el consumo, que pasará en Japón del 5 al 8 por ciento el 1 de abril, probablemente el factor más crucial del año.
La medida promete frenar bruscamente el desembolso de los japoneses, un factor que compone el 60 por ciento de la economía nacional.
Ante el esperado frenazo para el crecimiento que ha mostrado Japón desde la llegada al poder de Abe en diciembre de 2012, la mayoría de analistas da por sentado que el BOJ activará algún tipo de medida adicional de flexibilización monetaria para contrarrestar los efectos de esa subida impositiva.
Con ese panorama, casi todos los expertos coinciden en señalar que la Bolsa de Tokio mantendrá una tendencia al alza el próximo año, aunque apuntan a una subida más sostenida.
Muchos hablan de un techo que se situaría en los 19.000 puntos, con un tipo de cambio para el yen en torno a las 110 unidades por dólar y 150 por euro, aunque algunos osados ven al Nikkei capaz de superar en 2014 la barrera de los 20.000 puntos, algo que no ocurre desde el año 2000. EFE
Tokio, 30 dic (EFE).- La Bolsa de Tokio vivió nuevamente en 2013 un lapso eufórico en el que logró su mayor avance anual acumulado en más de 40 años, merced a un yen que ha seguido depreciándose tras la activación del plan de reforma económica del primer ministro nipón, Shinzo Abe.
Los analistas estiman que la estrategia, conocida popularmente como "Abenomics", mantendrá este año su apuesta por una flexibilización monetaria potente, lo que promete depreciar aún más la divisa nipona y mantener el impulso al alza del parqué tokiota en 2014.
El índice referencial Nikkei cerró el año en 16.291,31 unidades, lo que supone su máximo nivel en seis años y constituye un espectacular avance acumulado del 56,7 por ciento desde la primera negociación de 2013.
Esto supone la mayor subida anual del selectivo tokiota desde 1972.
Este año el yen se ha depreciado con respecto a divisas de referencia como el dólar y el euro un 22 y un 26 por ciento, respectivamente, lo que implica mayores beneficios para los grandes valores exportadores japoneses.
Un yen barato no solo incrementa la competitividad de estos grandes grupos sino que engorda sus beneficios al repatriarlos y transformarlos en yenes.
El caso de Toyota Motor ilustra a la perfección la situación, ya que, tal y como han explicado los responsables del fabricante de vehículos, con cada unidad que la moneda japonesa se abarata frente al dólar, la empresa se embolsa unos 40.000 millones de yenes (unos 276 millones de euros) más.
Ante la tendencia a la baja del yen, Toyota incrementó el pasado noviembre sus previsiones de beneficio en un 13 por ciento, estimando que el tipo de cambio medio en los próximos meses será de 97 unidades por dólar (por debajo de los 105 en los que se mueve ahora el billete verde estadounidense).
La activación del programa de compra masiva de activos por parte del Banco de Japón (BOJ), uno de los tres pilares que componen el "Abenomics", ha sido fundamental para mantener la caída del yen.
El plan flexibilizador fue estrenado en abril y tiene como objetivo duplicar la base monetaria nipona de aquí a 2015 y lograr terminar para entonces con el ciclo deflacionario que ha sufrido la tercera economía del mundo en los últimos 15 años.
Los analistas también han destacado el creciente papel que han jugado en la subida del Nikkei los inversores no japoneses en la plaza tokiota, donde en 2013 adquirieron activos valorados en un volumen récord de 14,6 billones de yenes (100.839 millones de euros).
Con respecto a 2014, los inversores ven en la subida del impuesto sobre el consumo, que pasará en Japón del 5 al 8 por ciento el 1 de abril, probablemente el factor más crucial del año.
La medida promete frenar bruscamente el desembolso de los japoneses, un factor que compone el 60 por ciento de la economía nacional.
Ante el esperado frenazo para el crecimiento que ha mostrado Japón desde la llegada al poder de Abe en diciembre de 2012, la mayoría de analistas da por sentado que el BOJ activará algún tipo de medida adicional de flexibilización monetaria para contrarrestar los efectos de esa subida impositiva.
Con ese panorama, casi todos los expertos coinciden en señalar que la Bolsa de Tokio mantendrá una tendencia al alza el próximo año, aunque apuntan a una subida más sostenida.
Muchos hablan de un techo que se situaría en los 19.000 puntos, con un tipo de cambio para el yen en torno a las 110 unidades por dólar y 150 por euro, aunque algunos osados ven al Nikkei capaz de superar en 2014 la barrera de los 20.000 puntos, algo que no ocurre desde el año 2000. EFE