Panamá, 28 feb (EFE).- El Gobierno de Panamá y líderes de la étnia ngäbe buglé suspendieron por hoy la negociación para definir la explotación de los recursos hídricos en tierras comarcales y decretaron un receso hasta mañana, con la advertencia del Ejecutivo de que los cierres de calles por los indígenas violan el diálogo.
La parte medular del diálogo, que fue retomado ayer tras una pausa de diez días, se inició hoy con una reunión por separado que sostuvo con las partes, para acercar posiciones, el mediador de la negociación y presidente de la Conferencia Episcopal de Panamá, José Luis Lacunza.
En las negociaciones, que tienen lugar en la comisión de Comercio del Parlamento panameño, participan representantes del Gobierno del presidente Ricardo Martinelli y una delegación de los aborígenes que lidera la cacica de la Comarca Ngäbe Buglé, Silvia Carrera, además de diputados de la Comisión de Comercio del parlamento.
La falta de acuerdo, al parecer, impulsó a las bases indígenas a volver a cerrar temporalmente la vía Interamericana, en rechazo a la comparecencia hoy en el diálogo de los representantes de la empresa que impulsa el proyecto hidroeléctrico de Barro Blanco sobre el río Tabasará, que nace en su comarca.
Los indígenas exigen la cancelación de Barro Blanco y rechazaron la explicación de la empresa Genisa de que este proyecto está fuera de la Comarca y no pone en peligro las aguas del Tabasará.
El bloqueo volvió a producirse, como ayer, en el cruce de San Félix y Las Lajas en la provincia de Chiriquí, más de 300 kilómetros al oeste de la capital, en tanto que en otro punto cercano, Viguí, en la provincia central de Veraguas, también fue obstruido, pero después fueron levantados.
El ministro panameño de la Presidencia, Demetrio Papadimitriu, advirtió hoy en un comunicado que los reiterados cierres de calles realizados por grupos vinculados a la Coordinadora Indígena por la Defensa de los Recursos Minerales y Derechos del Pueblo Ngäbe Buglé y Campesino y a la cacica, son una violación al Acuerdo de San Lorenzo entre el Gobierno y los nativos que posibilitó el diálogo.
"El Gobierno sigue comprometido en que el diálogo sea la única vía de solución del conflicto. Pedimos a la Coordinadora Indígena y a la Cacica que jueguen el rol que les corresponde", dijo Papadimitriu.
El ministro añadió que el país y los mediadores del diálogo son testigos de que el Gobierno ha sido "flexible" y "paciente", pero, dijo, "pareciera que hay algunos grupos radicales que quieren provocar nuevos enfrentamientos".
La cacica Carrera declaró visiblemente molesta que van a esperar hasta mañana porque, afirmó, "de aquí ya no puede pasar más" sin que haya un avance en la búsqueda de una solución.
Más temprano, Carrera señaló a Efe que el diálogo "no se puede dilatar más" porque la paciencia del pueblo ngäbe buglé "se está agotando", y aunque no quiso adelantar qué harán si no hay acuerdo, aseguró que seguirán luchando por sus recursos naturales.
Las negociaciones entre las partes comenzaron el pasado día 7, tras una semana de bloqueo indígena a un sector de la Interamericana que fue despejado tras violentos choques con la policía, con un saldo oficial de dos manifestantes muertos y cientos de heridos, incluidos agentes del orden, y de detenidos.
Los indígenas ya lograron el compromiso del Gobierno de prohibir por ley la explotación minera en la comarca y áreas adyacentes, pero aun hay desacuerdos sobre su exigencia de cancelar toda concesión de explotación hídrica en la Comarca y zonas anexas.
El Gobierno, que defiende la inversión hidroeléctrica para que no se encarezca la energía, propuso que el desarrollo hídrico en los territorios indígenas y áreas adyacentes sea consultado y aprobado previamente por las autoridades tradicionales.
El ministro de Gobierno y Justicia, Jorge Ricardo Fábrega, que representa a Martinelli en el diálogo, dijo hoy que el país no debe renunciar a aprovechar sus recursos hídricos. EFE