Bruselas, 21 jul (.).- Portugal y Grecia se han sumado este jueves a España en el rechazo a la propuesta de Bruselas de que todos los Estados miembros reduzcan un 15 % el consumo de gas hasta la próxima primavera para prepararse ante un posible corte del suministro ruso, idea que Alemania y otros países del norte ven con buenos ojos.
España fue el primer país en dejar clara su oposición a la propuesta el mismo miércoles, cuando fue presentada.
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo además hoy que el Gobierno instará a consumidores y empresas a ahorrar energía, pero "no va a aprobar una ley que obligue a bajar el termostato", van a ser "recomendaciones" y no imposiciones.
En una entrevista en el programa "Hoy por Hoy" de la Cadena SER, Ribera explicó que se pedirá a los consumidores un "comportamiento responsable" en materia de ahorro energético y de eficiencia.
Para la industria, lo que hay que buscar son "maneras de flexibilizar el consumo de gas de forma voluntaria", pero no "pautas de racionamiento" según la ministra.
Indicó además que hay sectores industriales "muy relevantes" que generan miles de empleos, y no se les puede pedir "un cambio de combustible".
Se trata de algo inasumible para España, máxime cuando "no se nos ha pedido opinión" ni ha habido un debate abierto para algo que supone "un esfuerzo sobredimensionado", añadió Ribera.
Portugal consideró que la UE no ha tenido en cuenta que el país no tiene conexiones energéticas con el resto de Europa y destina el gas básicamente a generar energía y a la producción industrial.
La medida es "insostenible" y "desproporcionada", dijo el secretario de Estado luso de Ambiente y Energía, Joao Galamba, en una entrevista con el diario Público.
El Gobierno griego expresó también hoy su desacuerdo con la propuesta presentada el miércoles por la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen.
El portavoz del Gobierno heleno, Yannis Ikonomu, señaló en rueda de prensa que Grecia sigue apoyando e insistiendo en las propuestas que ha presentado a la CE, que aspiran a imponer reglas en los precios del gas natural a nivel europeo, y también avanzar hacia su almacenamiento conjunto por parte de la UE.
Entre los países favorables al plan de Bruselas se encuentra Alemania, que expresó este jueves su respaldo, aunque admitió que topa con el rechazo de varios socios comunitarios.
"Es una propuesta correcta", afirmó el ministro de Economía y el Clima, el verde Robert Habeck, para recordar que el plan no está cerrado y aludir a la negativa expresa de otros países del bloque comunitario.
El Gobierno alemán ha logrado reducir la dependencia del país de esos suministros, que en febrero, con el inicio de la invasión, eran del 55 % del total de sus importaciones, para recortarlos ahora al 26 %, según cifras del Ministerio.
El propósito del Ejecutivo alemán es "avanzar" hasta lograr desvincularse de ese "socio no fiable" que es Rusia, pero ello no se logrará de manera inmediata, recordó Habeck.
Los Países Bajos, aunque suelen ser reacios a las imposiciones de Bruselas, no se oponen a la propuesta porque entienden que es un momento muy delicado en que hay que hacer gala de solidaridad, indicaron a Efe fuentes europeas.
Las mismas fuentes reconocieron que hay países del sur y alguno del este reacios al plan.
Los ministros de Energía de los Veintisiete tienen previsto abordar esta propuesta en un Consejo extraordinario que tendrá lugar en Bruselas el próximo 26 de julio.
Para la aprobación del plan por parte de la UE haría falta el voto a favor de una mayoría de países.
Este viernes tendrá lugar una reunión de los embajadores permanentes de los países ante la UE para preparar el Consejo de ministros de la próxima semana.
El plan que la Comisión Europea presentó el miércoles pretende reducir la demanda de gas en la Unión Europea desde este verano de cara a un invierno en el que cada vez es más plausible que Rusia corte el suministro.
La Comisión Europea ha propuesto que los países de la UE recorten un 15% el consumo de gas de forma voluntaria hasta la próxima primavera, una reducción que Bruselas quiere poder imponer de forma obligatoria en caso de alerta de la seguridad de suministro, como parte del plan Europeo de Reducción de Demanda de Gas.
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