Carola Solé
Caracas, 21 jul (EFE).- Las intenciones del presidente
venezolano, Hugo Chávez, de hacerse con casi la mitad de Globovisión
son una canción conocida por los trabajadores de esta cadena, que
hoy siguieron su rutina con normalidad en un espíritu mayoritario de
resistencia pese al temor de algunos de ver interferido su trabajo.
Apenas hay caras largas en los estudios de la emisora, la
programación sigue adelante con normalidad y el ajetreo habitual se
adueña de su más de 400 empleados, a pesar de que ayer Chávez
anunció la intención de quedarse con casi la mitad de las acciones
del canal.
"Hemos decidido seguir adelante, seguir nuestro trabajo y nuestro
día a día, porque tenemos muchísimos años amenazados por este
Gobierno", dijo Alba Cecilia Mujica, una de las presentadoras de
Globovisión, canal privado muy crítico con el líder del llamado
"socialismo del siglo XXI"
"Es como que casi que viene 'El Coco' y 'El Coco' no llega, o
quizás cuando llegue ya vamos a estar curados en salud. Que venga
pues, que venga 'El Coco', a ver que va a pasar", dijo Mujica en una
entrevista a Efe poco después de salir del aire.
Los trabajadores aseguran que nadie les podrá "doblegar", que
seguirán "en lucha" manteniendo su línea editorial y que continuarán
denunciando los problemas del país en el marco de una libertad de
opinión, a su entender, "coartada".
"Globovisión no va a cambiar nunca por voluntad propia. En el
momento en el que alguien vea la pantalla con otra línea que no sea
la de la ventana para que los problemas del país se ventilen y se
procuren las soluciones, no seremos nosotros los que estemos detrás
de esa operación, añadió la compañera de Mujica, María Elena Lavaud,
también presentadora del programa matinal "Tres para las nueve".
No obstante, frente al optimismo mayoritario, hay algunos
trabajadores que ven con otra cara la situación.
"Nos van a joder", comentó espontáneamente una periodista del
informativo a su compañera, tras asegurar que ayer "lloró mucho" al
escuchar las declaraciones de Chávez.
Por su parte, un técnico de la cadena, Óscar Nuñez, asegura que
teme por su trabajo y que, en caso de que se diera la ocasión,
aceptaría con resignación las órdenes del mandatario porque
"necesita" su empleo.
"No creo que ninguno de nosotros se preste para hacer algo que el
Gobierno pida. Creo que más bien hay muchos que están pensando en
disfrutar cuando alguien del Ejecutivo quiera venir a decirles para
cubrir algo. El trabajo lo tendrán ellos", mantuvo la coordinadora
de información de Globovisión, Janeth de Abreu.
Para la periodista, la hipotética participación del Gobierno en
el canal abre la puerta hacia una "necesaria" mejora en el acceso de
la emisora a los actos y eventos gubernamentales, a los que están
prácticamente vetados desde hace cinco años, aseguró con sarcasmo.
"Ojalá que esos miembros del Gobierno que supuestamente van a
formar parte de la Junta se ocupen de traernos a sus voceros para
que expliquen al país qué es lo que está pasando. Que los podamos
sentar ahí y podamos preguntarles libremente sin que nos griten",
coincidió Mujica.
Para Sasha Ackerman, una productora de la cadena, está "en manos
de la opinión pública la posible resolución de la problemática que
afecta a la cadena".
"Todo va a depender de la reacción de la gente en la calle ante
este tipo de medidas arbitrarias. Chávez es capaz de hacer cualquier
cosa, lo que no ha podido hacer es cuando la opinión publica le dice
'hasta aquí llegaste'", argumentó. EFE
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