Bruselas, 12 sep (EFE).- La CE recomendó hoy a España que controle el déficit y la deuda de sus comunidades autónomas, a pesar de que las previsiones económicas empiezan a dibujar una posible contracción del crecimiento y los analistas advierten del riesgo de caer en recesión en la UE.
El Ejecutivo comunitario insistió de nuevo en la necesidad de austeridad como remedio para la acusada crisis de deuda que atraviesa Europa, pese a que esta fórmula tiene detractores internacionales y se sitúa en el extremo contrario de la propuesta por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y de las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Bruselas se mostró "favorable" al programa de estabilidad español para 2011 y 2012 y consideró que la senda de ajuste marcada es "apropiada" para lograr situar el déficit por debajo del 3 % del PIB en 2013 y en el 2,1 % en 2014.
"Aplicar estrictamente los mecanismos existentes de control de déficit y deuda para los gobiernos regionales" es parte de la fórmula que recomienda el Ejecutivo de la UE a España, así como "adoptar medidas adicionales en caso de que los desarrollos presupuestario y económico no resulten como se esperaba".
Estas sugerencias forman parte de un informe anual que elabora la CE para analizar la situación y la sostenibilidad de las finanzas públicas en los países de la Unión Económica y Monetaria y orientarles en sus medidas.
Las recomendaciones para las grandes economías de la UE, como Francia y Alemania, se han situado en la misma línea que las de España, dirigidas a contener el gasto para reducir la deuda pública.
El informe de la Comisión no incluye sugerencias para los países rescatados -Grecia, Irlanda y Portugal- puesto que siguen programas específicos para sanear sus cuentas públicas, pero sí para Italia, otra de las economías en el punto de mira de los mercados.
En concreto, alienta a Roma a introducir medidas adicionales para controlar el gasto de todos los niveles de la administración y políticas para favorecer el trabajo femenino, hecho que reportaría ingresos adicionales a las arcas públicas italianas.
La publicación del informe anual sobre finanzas públicas coincide con un momento crítico para la economía europea ante los crecientes rumores sobre la posible suspensión de pagos en Grecia y la consecuente presión en los mercados.
El economista jefe del BCE, Jürgen Stark, dimitió el pasado viernes por supuestas discrepancias con el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, y otros miembros de la directiva del banco, especialmente por la reciente reanudación del programa de compra de deuda soberana de los países de la eurozona.
El nuevo impuesto inmobiliario y la renuncia de políticos y altos funcionarios a una paga mensual de sus salario anunciada por Grecia este domingo no han logrado apaciguar los rumores de quiebra y la inseguridad en los mercados.
El secretario de Estado de Finanzas griego, Filipos Sajinidis, admitió hoy además que Grecia sólo tiene fondos para pagar los sueldos públicos y las pensiones hasta octubre, una realidad que confirmaron fuentes comunitarias.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, consideró en Bruselas que las últimas medidas anunciadas por Grecia son "positivas" y van "en la buena dirección", pero insistió en que las autoridades de ese país "deben aplicar el programa" pactado. "Si hay un problema deben corregirlo cuanto antes de forma creíble", recalcó.
Grecia está pendiente de la concesión de 8.000 millones de euros de ayuda correspondiente al sexto tramo del primer paquete de asistencia adoptado para salvar al país, prevista para finales de mes y condicionada al cumplimiento del plan de ajuste y las reformas estructurales.
La misión internacional de supervisión del programa de ajuste griego, formada por representantes de la CE, el BCE y el FMI, volverá a Atenas esta semana para comprobar si los avances son suficientes y se puede autorizar la nueva entrega de fondos.
Bruselas confía en que los resultados de la evaluación de la "troika" estén listos a más tardar a finales de mes. EFE
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