Viena, 11 jul (.).- El grupo austríaco OMV (VIE:OMVV), el mayor consorcio petrolífero y gasístico del centro y sureste de Europa, está recibiendo solo un 30 % del volumen de suministros de gas acordado con el gigante ruso Gazprom (MCX:GAZP), pese a lo cual en estos momentos "está asegurado el abastecimiento" de la república alpina.
Así lo informó este lunes Andreas Rinofner, portavoz de OMV, a la agencia local APA, después de que Gazprom cortara el suministro a través del gasoducto Nord Stream 1 para efectuar tareas habituales de mantenimiento.
Austria ya recibía desde mediados de junio la mitad de los volúmenes acordados con Rusia, país al que compra el 80 % de sus importaciones de gas, debido a una reducción drástica de la cantidad transportada por Nord Stream.
Dado que la demanda de gas en Austria se reduce cada verano (entre junio y agosto) a un tercio del consumo invernal, el corte de Gazprom por su "servicio de mantenimiento", que debería durar 10 días, no supondría un problema para el abastecimiento del país en circunstancias normales.
Pero lo que preocupa a las autoridades austríacas es que la situación le dificulte alcanzar su objetivo de almacenar suficiente gas de cara a la próxima temporada de calefacción.
Según el portavoz de OMV, la posibilidad de seguir llenando los depósitos a pesar del corte de Nord Stream dependerá del consumo diario de los austríacos y de las compras de gas al contado que se puedan efectuar en las próximas semanas.
En 2021, el consumo mensual de gas de Austria fluctuó entre 3,6 y 12,2 teravatios por hora (TWh), de forma que en todo el año se consumieron 88,6 TWh de gas.
Mientras que en la temporada de calefacción el consumo de gas para calefacción y generación de electricidad asciende en Austria hasta 7 TWh por mes, en verano ese valor apenas llega a 1 TWh.
En cambio, la demanda de gas de la industria austríaca se mantiene relativamente estable, entre 3 y 4 , a lo largo de todo el año.
Sea como sea, el fantasma de un corte completo del gas ruso planea sobre la república alpina ya que, dada su alta dependencia del mismo, teme grandes daños para la economía y la sociedad.
En un comunicado, el instituto de investigación Agenda Austria advirtió hoy de que si se produce la interrupción total, el país entraría en recesión, con una caída del crecimiento económico de entre el 2,6 y 5,1 %.
"Habría que hacer un enorme esfuerzo para evitar el peor de los escenarios, en el que incluso la calefacción permanecería fría", afirma el economista Jan Kluge en la nota.
"Están en juego entre 45.000 y 91.000 puestos de trabajo. Todo depende de que Austria consiga encontrar proveedores alternativos. Y si la industria y la población frenan su consumo en vista de los horrendos precios del gas", añade.
Austria tiene una larga y estrecha relación energética con Moscú, que data desde 1968, cuando se convirtió en el primer país occidental en comprar gas a la entonces Unión Soviética.
Las importaciones las realiza sobre todo la semiestatal OMV, que a su vez revende parte del gas ruso a otros países de la región, principalmente desde este del país, donde tiene un gran centro de distribución de esta materia prima para el resto de Europa.