Por Philip Blenkinsop
BRUSELAS (Reuters) - La evolución de los hermanos Bakraoui de criminales violentos a suicidas con bomba islamistas se compone de un tiempo entre rejas por delitos con arma, incumplimientos de la libertad condicional y oportunidades perdidas para identificar su deriva hacia la órbita del Estado Islámico.
Brahim El Bakraoui se voló en pedazos el pasado martes por la mañana en la terminal de salidas del aeropuerto de Bruselas. Apenas media hora después, Khalid detonó la bomba que llevaba en un tren del Metro de Bruselas.
Ninguno de los dos hombres había sido considerado como una amenaza radical por las autoridades hasta el pasado diciembre, aunque Turquía había expulsado a Brahim en julio de 2015 al creer que estaba tratando de unirse a los combatientes islamistas en Siria.
Hay indicios que apuntan a que los hermanos se radicalizaron en la cárcel. Independientemente de los hechos que llevaron a su radicalización, su caso pone de relieve el fracaso de las autoridades belgas para seguir el perfil cambiante del peligro islamista.
Pieter Van Ostaeyen, especialista en yihadismo que ha mantenido contactos con belgas que combaten en Siria, dijo que las autoridades belgas no habían logrado encontrar a tiempo a militantes como los hermanos Bakraoui porque estaban mirando a la “lista equivocada” de sospechosos y no los consideraron como objetivos de antiterrorismo.
Los hermanos Bakraoui, dijo, fueron simplemente etiquetados como gangsters e incluidos en una lista de criminales motivados por el dinero, mientras que las autoridades a la caza de radicales islamistas se concentraban en aquellos con credenciales religiosos establecidos.
"Se equivocaron. Ahora están combinando las listas”, dijo Van Ostaeyen.
Un responsable del gobierno belga confirmó que la fusión de flujos de información de diferentes especialidades y agencias policiales era una parte clave en los últimos cambios de procedimiento.
Es el reconocimiento tardío de que –según han dicho a Reuters responsables de seguridad, entre ellos el jefe de la agencia policial de la Unión Europea- se multiplican los vínculos entre militantes de Estado Islámico y bandas criminales, desde las mafias que suministran armas en los Balcanes a traficantes de droga de poca monta.
Las habilidades para interconectarse de estos criminales y sus contactos con los bajos fondos encajan bien con el funcionamiento de las células islamistas.
A PLENA LUZ DEL DÍA
Los dos hermanos Bakraoui eran viejos conocidos de la policía y el sistema judicial.
Brahim, de 29 años, fue condenado a 10 años por intento de homicidio en septiembre de 2010 por disparar con un Kalashnikov contra la policía y herir a un oficial tras un intento frustrado de robo a una oficina de cambio en Bruselas en enero de aquel año.
Salió en libertad provisional cuatro años después, fue dado como desaparecido a finales de mayo y en junio de 2015 la policía turca lo retuvo en la frontera con Siria tras haber violado las condiciones de su liberación al dejar de tener contacto con su oficina de libertad condicional.
Expulsado a Amsterdam –destino de su elección- un mes después, Bélgica no hizo nada por detenerle a pesar de la advertencia de Ankara. Esta revelación provocó indignación esta semana y ofertas de dimisión por parte de dos ministros belgas.
Su presencia en Turquía, por no hablar de la frontera siria, era motivo suficiente como para garantizar su ingreso en prisión a la vuelta a casa, como reconoció el ministro de Justicia, Koen Geens.
"Este fue el único momento en el que podía haberse establecido el vínculo …. Y lo perdimos”, dijo sobre el fracaso para corroborar que un hombre con inclinación a la violencia se había convertido en un radical religioso.
Además, hubo que esperar al mes de agosto para que le ingresasen la lista de buscados, y entonces sólo se hizo en una publicación nacional. ¿Podría haber sido detenido si Bélgica hubiese emitido una orden de arresto internacional?
El director de Europol, Rob Wainwright, dijo que su agencia había instado a las autoridades nacionales a compartir la máxima cantidad de información, pero que sus registros eran irregulares.
"La urgencia de la amenaza terrorista ilustrada por los ataques desde 2014 ha exigido una mejoría en esa situación”, dijo a Reuters, añadiendo que había habido un incremento significativo en la información compartida en los últimos meses.
El funcionario del gobierno belga dijo que creía que Bruselas y París habían dado a los europeos un ejemplo de cooperación desde los atentados del 13 de noviembre en la capital francesa. "Pero hasta ahora", reconoció, "todo el mundo tiende a mantener sus mejores cartas boca abajo".
EL HERMANO MENOR ALQUILÓ EL PISO REFUGIO DE PARÍS
Khalid, de 27 años, fue condenado a cinco años de cárcel en febrero de 2011 por robo de coches con violencia con un grupo armado con fusiles Kalashnikov. En la banda había un hombre que dos años antes había sido ayudado por un cómplice armado para fugarse de un juzgado de Bruselas, obligando a abogados y policías a tirarse al suelo.
Khalid fue puesto en libertad provisional en diciembre de 2013 y, conservando empleos vespertinos del sector servicios, cumplió con las condiciones de la condicional hasta abril de 2015, cuando la policía le detuvo en un coche que circulaba por una calle en dirección prohibida.
A su lado estaba uno de los miembros de su antigua banda de robo de coches, un hombre con el que tenía prohibido estar. Un tribunal le dio una advertencia en mayo, pero no le devolvió a la cárcel.
A finales de octubre, desapareció.
"No respondía a las citaciones judiciales, no contestaba al teléfono y ya no se encontraba en la dirección que había dado como su domicilio", dijo el fiscal Christian Henry, añadiendo que un tribunal ordenó el mes pasado su regreso a prisión, aunque para entonces ya no pudo ser encontrado.
Khalid fue objeto de una orden internacional de arresto el 11 de diciembre acusado de terrorismo. Se descubrió que había alquilado bajo nombre falso un piso que se empleó como refugio de los atacantes de París, en el marco de una emergente red franco-belga.
Los críticos han dicho que ambos hermanos fueron puestos en libertad demasiado pronto. Los tribunales belgas pueden conceder a los reclusos la libertad condicional después de haber cumplido un tercio de la sentencia. Esto se compara con la mitad para las sentencias más largas en Reino Unido y con dos tercios en Alemania.
El ministro de Justicia belga Geens dijo ante el parlamento que Khalid fue liberado once meses antes de terminar su condena, mientras que Brahim pareció haber cooperado íntegramente hasta mediados de 2015.
Defendiendo a su ministerio, Geens dijo: "El pasado de los hermanos El Bakraoui no era tan negativo como se ha presentado esta semana".