Lisboa, 31 oct (EFE).- La compañía francesa Altice confirmó su interés en comprar la operadora Portugal Telecom (PT) después de haber mantenido "conversaciones directas con el Gobierno" luso, y presentará una oferta "en breve".
En una entrevista publicada hoy por el "Diário Económico", el presidente ejecutivo de Altice, Dexter Goei, afirmó que la firma francesa llegaría como "inversor a largo plazo" y podría "deslocalizar" personal hasta Portugal con el objetivo de crear "4.000 puestos de trabajo".
"Desde el punto de vista del comprador, estamos listos. No sé cuándo vamos a disparar, pero vamos a hacerlo en breve", subrayó.
En su opinión, la adquisición de PT supondría "un movimiento estratégico para la consolidación de la presencia de Altice en las telecomunicaciones europeas".
Dexter Goei recordó que "PT nunca estuvo a la venta, por lo que ésta es la primera oportunidad" para comprarla, de ahí su interés en cerrar el negocio por una operadora que tiene "una posición dominante en el mercado y una marca y una infraestructura muy buena".
El responsable de Altice -empresa que ya está presente en suelo luso a través de la operadora Cabovisao- explicó que actualmente se encuentran en una fase de "intentar entender cuáles son los parámetros para poder avanzar con una oferta" y recalcó que cuentan "con mucho apoyo de la comunidad financiera internacional".
Sus declaraciones contrastan con las del nuevo presidente de la empresa portuguesa, Armando Almeida, quien aseguró que nadie le dijo a la hora de asumir el cargo que PT estuviese en venta.
Los rumores sobre esta posibilidad se han disparado en las últimas semanas, coincidiendo con su desplome en la Bolsa de Lisboa, donde sus acciones valen hoy un 23 % menos que hace un mes, aunque llegaron a caer más de un 40 %.
La especulación sobre la venta de la operadora lusa -una de las compañías más importantes del país- se debe sobre todo a la incertidumbre sobre su fusión con la brasileña Oi.
La relación entre ambas se vio afectada por el escándalo en el que se vio inmerso PT tras comprar 900 millones de euros en deuda del Grupo Espírito Santo pese al riesgo que entrañaba esa inversión.
De hecho, esos 900 millones de euros son ahora difícilmente recuperables, según los analistas, debido a los procesos de insolvencia iniciados en el seno del emporio familiar de los Espírito Santo.
La polémica asociada a esta inversión fue todavía mayor por la condición de accionista del Grupo Espírito Santo en la operadora lusa a través del banco del mismo nombre (BES), y por la presencia de la propia PT en el accionariado de esa entidad financiera.