Berlín, 13 feb (EFE).- Una gran mayoría de los bancos, compañías de seguros y fondos de inversión europeos participará en la resolución de la crisis financiera originada por ellos con el pago anual de impuestos a sus operaciones por valor de entre 31.000 y 35.000 millones de euros.
Ello se desprende del proyecto de ley para la creación del impuesto a las transacciones financieras que la Comisión Europea presentará este jueves y es adelantado hoy por el rotativo alemán Süddetsche Zeitung, que ha tenido acceso al documento.
La tasa será introducida inicialmente en 11 países, entre ellos Alemania, Francia, Italia y España, mientras los 16 restantes miembros de la Unión Europea podrán sumarse voluntaria y posteriormente a la iniciativa.
El diario señala que la Comisión propone la introducción de un impuesto mínimo por la venta de distintos productos financieros como acciones, activos financieros con derecho de crédito o derivados y que la tasa será efectiva en el momento en el que el comprador o vendedor del producto financiero actúe directa o indirectamente en uno de los once países.
Asimismo señala como ejemplo que en el caso de que un banco británico comercie con acciones en nombre de Volkswagen se activaría el impuesto a las transacciones financieras desde Alemania.
Para cerrar posible agujeros, el proyecto de ley contempla que serán gravados todos aquellos productos que sean creados en uno de los once países participantes.
En este caso el ejemplo que cita el Süddeutsche Zeitung es del pago a París de la tasa por parte de un banco chino que vende en Singapur a un instituto estadounidense deuda pública francesa.
No se pagará la tasa, sin embargo, cuando se emita nueva deuda pública, cuando se produzcan compras en casos de crisis de este tipo de títulos por parte de un banco central, el Banco Central Europeo (BCE) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
Igualmente quedarán excluidos del pago de la tasa a las transacciones financieras los negocios de pequeños inversores o los pagos con tarjetas de crédito, así como todas las operaciones del BCE.
La Comisión de la UE señala en el proyecto de ley que el impuesto hará mas seguros los servicios financieros y evitará los negocios especulativos como aquellos que condujeron a la crisis financiera mundial.
Igualmente subraya que la fecha prevista para su introducción del 1 de enero de 2014 "es factible sin dificultades" si existe voluntad por parte de los once países interesados y estos lo acuerdan de manera unánime.
La iniciativa cuenta además con el respaldo del Parlamento Europeo, que, aunque no tiene capacidad decisoria, ha aprobado ya una resolución positiva.
El rotativo señala, sin embargo, que círculos gubernamentales en Berlín son prudentes con los plazos, ya que consideran que existen aún demasiados detalles por perfilar, como el problema técnico para gravar aquellos negocios que se producen fuera de Europa.
Además, el proyecto de ley necesita de la aprobación del Bundestag y el Bundesrat, las cámaras baja y alta alemanas, cuando el país se encuentra ya sumido en la campaña electoral para los comicios legislativos del 22 de septiembre.
El impuesto para gravar las transacciones financieras será introducido inicialmente por Alemania, Francia, Italia, España, Bélgica, Estonia, Grecia, Austria, Portugal, Eslovenia y Eslovaquia, mientras Holanda, Lituania y Dinamarca aún no se han decidido.
También Chipre podría sumarse a la iniciativa y el partido socialdemócrata alemán (SPD) hace depender de ello su aprobación parlamentaria del eventual rescate del pequeño país mediterráneo por parte de la UE.
Aunque Gran Bretaña no puede impedir la introducción de esa tasa, fuentes diplomáticas de ese país señalan en el mismo diario que Londres no se sumará de ninguna manera a la iniciativa y estudiará si esta atenta contra las reglas del mercado interior para, en su caso, exigir modificaciones. EFE