Jartum, 6 mar (.).- El sector petrolero en Sudán requiere de una importante reforma cuyo coste se estima en unos 5.000 millones de dólares por los daños y pérdidas que sufrió la refinería de Jartum, fuente principal de derivados de petróleo en el país, por la guerra que estalló en abril del pasado año.
El ministro de Energía y Petróleo sudanés, Mohi Edin Said, dijo este miércoles en declaraciones a la prensa en la ciudad de Um Durman que "el sabotaje al que fue expuesto el sector petrolero requiere 5.000 millones de dólares para ser reformado".
La guerra entre el Ejército regular y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) provocó daños en el depósito de crudo en la refinería de Jartum, "lo que causó la pérdida de 210.000 barriles y la destrucción de los depósitos de gasolina y diésel que estaban llenos de derivados de petróleo".
Agregó que los daños por el conflicto interno alcanzaron también depósitos de las empresas distribuidoras alrededor de la refinería, lo que llevó a la pérdida "de valiosas cantidades de los derivados de petróleo".
Said señaló que la refinería de Jartum está ubicada en una zona especialmente afectada por la guerra, y es una instalación "de alta sensibilidad" en una región de "alto riesgo" al estar entre fuego cruzado.
El ministro añadió que los trabajos de la refinería fueron suspendidos por la reducción de la extracción de crudo en el país por los problemas de seguridad, la destrucción de los depósitos y los centros de control.
"La refinería aún no está en marcha por la guerra, algunas partes fueron dañadas, como la cámara de control de la distribución de los derivados de petróleo tras ser refinados, los almacenes de estos derivados además de algunos depósitos de crudo no procesado", detalló, a la vez que indicó que espera la reanudación de la refinería de Jartum "en breve".
Esa refinería, con capacidad de producción de 100.000 barriles diarios, es la fuente principal de los derivados de petróleo, ya que aseguraba entre 40 y 45 % de las necesidades del país del combustible, mientras que el resto dependía de las importaciones, que constituyen ahora la única fuente de energía.
El conflicto armado en Sudán cumplirá un año el próximo 15 de abril y en lo que va desde su estallido causó la muerte de alrededor de 13.900 y que 8,1 millones abandonaran sus hogares.
Esta guerra se desencadenó por las tensiones sobre la reforma del Ejército y la integración de los paramilitares en las fuerzas regulares, en medio un proceso político para encauzar de nuevo al país en la senda democrática tras el golpe de Estado de 2021.
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