Judith Mora
Londres, 2 feb (.).- La petrolera angloholandesa Royal Dutch Shell (LON:RDSb) obtuvo un beneficio neto en 2016 de 4.575 millones de dólares (4.239 millones de euros), un aumento del 136 %, gracias en parte a la reducción de costes y su programa de desinversiones.
En un comunicado a la Bolsa de Londres, la empresa indicó hoy que el beneficio bruto el pasado año fue de 5.606 millones de dólares (o 5.194 millones de euros), un 173 % más respecto a 2015, mientras que la facturación se situó en 233.591 millones de dólares (unos 216.432 millones de euros), un 11,8 % menos.
No obstante, si se calcula el beneficio neto teniendo en cuenta el actual coste de suministros, este bajó un 8 % en 2016 respecto al ejercicio anterior, hasta 3.533 millones de dólares o 3.273 millones de euros, explica la compañía en su nota.
Shell, que el año pasado adquirió la gasística británica BG por unos 54.000 millones de dólares (50.000 millones de euros), informó de que el beneficio neto en el último trimestre de 2016 fue de 1.541 millones de dólares (1.427 millones de euros), un 64 % más que en el mismo periodo de 2015.
Sin embargo, si se miden las ganancias trimestrales en base al actual coste de suministros, estas fueron solo de 1.000 millones de dólares (unos 926 millones de euros), frente a los 1.800 millones de dólares (1.667 millones de euros) del mismo periodo del año anterior, un 44,4 % menos.
Según la empresa, esta reducción de ingresos de octubre a diciembre se debió a los costes relacionados con la compra de BG y los precios aún relativamente bajos del petróleo y del gas, si bien estos se han recuperaron de 27 dólares por barril de crudo en enero de 2016 a unos 55 dólares actualmente.
Shell anunció esta semana la venta de campos de petróleo en el mar del Norte y en Tailandia por un valor de 4.700 millones de dólares (4.300 millones de euros), a fin de acelerar las desinversiones y recuperar la solidez financiera.
La compañía confirmó hoy que espera pagar un dividendo de 0,47 dólares (unos 0,43 euros) por acción ordinaria con cargo al último trimestre de 2016 e igual cifra para los tres primeros meses de este año.
El consejero delegado, Ben van Beurden, dijo que la prioridad de la empresa sigue siendo la reducción de la deuda y se comprometió a "reforzar" las finanzas en 2017.
El directivo recordó que se está "remodelando" la compañía y destacó que en el último trimestre se registró un buen flujo de caja de las operaciones, de 9.000 millones de dólares (10.575 millones de euros), al tiempo que se ha reducido el endeudamiento.
Van Beurden explicó que la empresa opera con una base de costes "que es inferior en 10.000 millones de dólares (11.747 millones de euros) a la de Shell y BG combinadas hace 24 meses".
Aseguró que se mantiene el impulso en desinversiones, de las cuales en 2016 se iniciaron o completaron varias por un valor de 15.000 millones de dólares (17.600 millones de euros).
La empresa, que ha emprendido una profunda reestructuración, va en camino de completar el programa total de desinversiones, cifrado en 30.000 millones de dólares (35.200 millones de euros), añadió.
"Nuestra estrategia está empezando a dar fruto y en 2017 invertiremos unos 25.000 millones de dólares (en torno a 23.160 millones de euros) en proyectos sólidos y de gran calidad", afirmó.
"Estoy convencido de que 2017 será otro año de progreso para que Shell se convierta en una inversión de primera clase", agregó el consejero delegado.
El año pasado, las acciones de Royal Dutch Shell se revalorizaron un 53 % en la Bolsa de Londres, mientras que este año se han devaluado en torno a un 5,6 %.
Tras el anuncio de resultados, los títulos de la compañía subían un 1,55 % en el parqué londinense, hasta 22,57 libras (26,50 euros).