Por Francesco Guarascio
BRUSELAS, 26 abr (Reuters) - La Comisión Europea está dispuesta a decir que la UE ha entrado en una nueva fase posterior a la emergencia de la pandemia en la que las pruebas deben ser específicas y el seguimiento de los casos de COVID-19 debe ser similar a la vigilancia de la gripe basada en muestras, según un borrador del documento visto por Reuters.
El cambio se produce ante una caída gradual de casos y una caída en el número de muertes relacionadas con COVID-19, gracias a la propagación de la variante ómicron, menos virulenta, y la inmunización de más del 70% de la población de la UE, en un momento en que la mitad de la población ha recibido también una inyección de refuerzo.
“Esta Comunicación presenta un enfoque para la gestión de la pandemia en los próximos meses, pasando de la emergencia a un modo más sostenible”, dice el borrador del documento de la UE.
La Comisión Europea no hizo ningún comentario.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) es la encargada de declarar tanto una pandemia como su fin, una medida que tiene amplias implicaciones legales para una gran variedad de sectores, incluidas las aseguradoras y los fabricantes de vacunas. La agencia de la ONU ha dicho que la pandemia no ha terminado.
El documento de la UE no es vinculante y viene con advertencias claras de que "el COVID-19 llegó para quedarse", probablemente con la aparición de nuevas variantes, y por lo tanto "la vigilancia y la preparación siguen siendo esenciales".
El borrador del documento, preparado por la comisaria de Salud Stella Kyriakides y que se adoptará el miércoles, advierte que es posible que se produzcan nuevos aumentos y recomienda a los Gobiernos de la UE que mantengan la guardia y estén preparados para volver a las medidas de emergencia si es necesario.
Sin embargo, también reconoce que ha comenzado una nueva fase y que se necesita un nuevo enfoque para monitorear la pandemia.
Eso significa que las pruebas masivas, mediante las cuales las personas con síntomas y sus contactos deben someterse a una prueba, ya se han eliminado en algunos estados de la UE, en marcado contraste con las políticas que se aplican actualmente en China, donde las grandes ciudades están sujetas a confinamientos y pruebas masivas regulares después de la detección de pocos casos.
VIGILANCIA
La Comisión Europea reconoce este cambio y fomenta la introducción de formas más sofisticadas para la detección de brotes.
"Deben implementarse pruebas de diagnóstico dirigidas", dice el borrador del documento, y señala que los grupos prioritarios deben incluir personas en entornos de brotes, aquellos en riesgo de desarrollar COVID-19 grave, y personal médico y otros que están en contacto regular con poblaciones vulnerables.
La vigilancia del virus también debe adaptarse, con un mayor enfoque en la secuenciación genómica para detectar posibles nuevas variantes, y menos atención en la notificación masiva de casos.
“El objetivo de la vigilancia ya no debe basarse en la identificación y notificación de todos los casos, sino en obtener estimaciones fiables de la intensidad de la transmisión comunitaria, del impacto de la enfermedad grave y de la efectividad de la vacuna”, dice el documento.
Sugiere establecer un sistema de vigilancia similar al que se usa para monitorear la gripe estacional, en el que un número limitado de proveedores de atención médica seleccionados recopilan y comparten datos relevantes.
Las vacunas continúan siendo esenciales en la lucha contra el COVID-19, dice el documento, y recomienda a los Estados que consideren estrategias para impulsar la vacunación entre los niños de cinco años o más antes del comienzo del próximo año escolar.
(Información de Francesco Guarascio @fraguarascio, edición de William Maclean; traducción de Flora Gómez)